Advierten que "ningún país está completamente preparado" ante una posible nueva pandemia
La mayoría de los países del mundo no está preparada para un posible brote de un virus peligroso, según muestra el Índice Global de Seguridad de Salud (GHS, por sus siglas en inglés), publicado este jueves.
Tras evaluar 34 indicadores agrupados en seis categorías (prevención, detección e información, velocidad de respuesta, sistema de salud, conformidad con las normas internacionales y el riesgo de aparición de una epidemia en el país), los científicos establecieron que solo 13 de ellos tienen más de 60 puntos de los 100, mientras la puntuación promedio es de 40,2.
"La seguridad sanitaria nacional es fundamentalmente débil en todo el mundo. Ningún país está completamente preparado para epidemias o pandemias, y cada país tiene importantes lagunas que abordar", señala un informe oficial del índice.
"Las conexiones entre los actores del sector de la salud y la seguridad para la respuesta al brote son débiles", constatan y resaltan que la protección contra los virus es poco priorizada dentro del sistema sanitario.
Mientras tanto, epidemias de enfermedades infecciosas, que pueden originarse accidental o deliberadamente, pueden llevar "al daño significante a la salud, la paz y la prosperidad si los países no están adecuadamente preparados", dice una de los autores del GHS, Jennifer Nuzzo, citada por un comunicado de la Universidad John Hopkins (EE.UU.).
"Es importante para los líderes nacionales entender los riesgos que plantean las enfermedades infecciosas y comprometerse a mejorar la preparación para esos eventos", sostiene la científica.
Millones de posibles víctimas
El mes pasado, un grupo internacional de expertos del Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de pandemias que podrían matar a decenas de millones de personas y causar estragos en la economía global.
Según el informe presentado, enfermedades como el ébola, la gripe y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) son cada vez más difíciles de controlar, debido a la interferencia de conflictos prolongados, Estados debilitados y problemas de migración. De producirse una epidemia, muchos sistemas de salud colapsarían, sobre todo los de países con un bajo nivel de desarrollo.
"Un patógeno de rápido movimiento tiene el potencial de matar a decenas de millones de personas, perturbar las economías y desestabilizar la seguridad nacional", dijeron los expertos en su informe, asegurando que la posibilidad de una amenaza de este tipo es real.