El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha condenado este miércoles la resolución de la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU., que reconoció formalmente el genocidio armenio.
Erdogan ha calificado la decisión de los legisladores estadounidenses de "inútil" y el "mayor insulto" al pueblo turco. Asimismo indicó que dicho dictamen no es válido y que Ankara no lo reconoce.
Este martes la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó, con 405 votos a favor y 11 en contra, una resolución que ratifica el reconocimiento al genocidio armenio: la persecución, deportación y masacre de hasta 1,5 millones de armenios por parte del Imperio otomano.
La legislación adoptada reza que atañe a la política de EE.UU. recordar el genocidio armenio, "rechazar los esfuerzos" por asociar al Gobierno norteamericano con su negación, así como "alentar la educación y la comprensión pública sobre el genocidio armenio".
"Un paso político sin sentido"
Erdogan por su parte, también ha indicado que Turquía no extraditará a ningún criminal a Estados Unidos, a menos que las autoridades del país norteamericano entregan al clérigo opositor Fethullan Gulen, al que Ankara considera como el cerebro del intento de golpe de Estado contra Erdogan en 2016.
La resolución de la Cámara de Representantes llega en un momento de tensas relaciones entre EE.UU. y Turquía, ambos miembros de la OTAN.
Previamente, la Cancillería turca había condenado ese reconocimiento, que está "desprovisto de cualquier base histórica o legal", y es "un paso político sin sentido" que pone en peligro las relaciones bilaterales en momentos de "extrema fragilidad".
Turquía acepta que en las deportaciones de armenios murieron miles de personas, pero se niega a considerar estos hechos, ocurridos hace ahora un siglo, como un exterminio organizado.