El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, confirmó la intención de la Casa Blanca de controlar yacimientos petrolíferos en Siria, según lo declaró este jueves durante una rueda de prensa conjunta celebrada en Washington con motivo de la visita de su homóloga australiana, Linda Reynolds.
"La misión es […] asegurar los campos petrolíferos, para negarle el acceso al Estado Islámico y a otros actores de la región", aseveró Esper cuando una periodista de AP le preguntó si eso no supondría una posible confrontación con Rusia o Siria.
En la misma línea, explicó que el objetivo de esta acción es garantizar que las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) tengan acceso continuo esos recursos, que "son importantes", de modo que esa alianza militar "pueda cumplir su misión" en la zona.
Los beneficios para Washington
El lunes de la semana pasada, el presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo que a pesar de su retirada del país árabe, Washington mantendría en el noreste de Siria un grupo de soldados —que luego se supo que son 500— para evitar que el petróleo caiga en manos de extremistas. "¡Nunca permitiremos que un EI reconstituido tenga esos campos!", aseguró posteriormente en Twitter.
Un día después, Trump arremetió contra los que se oponen al acuerdo que alcanzó con Turquía, mediante el cual fueron retiradas partes de las tropas estadounidenses en Siria y cesó la ofensiva turca contra los combatientes kurdos. El inquilino de la Casa Blanca dijo que "el petróleo" y el regreso de los efectivos desplegados en Siria son los principales beneficios del pacto logrado.
El 27 de octubre, Washington anunció que había abatido al líder del EI, Abu Bakr al Baghdadi. Trump detalló al día siguiente que tropas estadounidenses terminaron con la vida de Al Baghdadi en el marco de una operación militar en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria, en la que colaboraron Turquía, Rusia, Irak y los kurdos.
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