Este viernes 1 de noviembre entra en vigor la ley sobre el funcionamiento sostenible del segmento ruso de Internet para el caso de que el país quede desconectado de la Red global.
Según los autores de la iniciativa, la medida permitirá ante todo proteger al segmento ruso de la potencial agresión de otros países y deshacerse de la dependencia de EE.UU. para garantizar el funcionamiento ininterrumpido de todos los servicios, ya sea en el caso de algún fallo global o de una desconexión deliberada. El senador Andréi Klishas, que tomó parte en el desarrollo de la ley, habló sobre la "amenaza de una desconexión externa como lo que hizo EE.UU. en Siria".
¿Cómo debería funcionar?
Todos los proveedores de Internet en Rusia deberán instalar equipos especiales que el Gobierno les proporcionará gratuitamente y que permitirán controlar todo el tráfico y enrutarlo. Se prevé la creación de un sistema nacional de DNS (sistema de nombres de dominio) que almacene todos los nombres de dominio y las direcciones IP correspondientes.
La medida también prevé la creación de un centro de control y monitoreo de redes de comunicaciones de uso común por el controlador Roskomnadzor (Servicio Federal ruso para la Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación), que garantizará la disponibilidad de los servicios de telecomunicaciones en el país y coordinará los esfuerzos de los operadores en cualquier situación "extraordinaria".
Las autoridades aseguran que los usuarios no percibirán ningún cambio y tratan de disipar los temores principales, afirmando que la calidad de la conexión no empeorará y el segmento ruso, conocido también como Runet, seguirá siendo parte de la Red global.
Repercusión social y principales inquietudes
Ya en junio, desde la Unión Rusa de Industriales y Empresarios (RSPP, por sus siglas en ruso) advirtieron de que algunas exigencias presentes en las disposiciones de la ley amenazan con reducir la velocidad de la transmisión de datos y podrían restringir el acceso a Internet.
También surgieron temores de que la norma permitiría a las autoridades bloquear cualquier sitio web, aunque, en ese sentido, Roskomnadzor solo podrá formalmente bloquear páginas web sin aviso previo en caso de una "amenaza externa". Técnicamente, la ley no introduce nuevos motivos para los bloqueos y no impedirá de manera automática el acceso a ninguna web.
En cuanto a la cobertura mediática de la iniciativa legislativa, el segmento ruso de Internet fue descrito en un primer momento como "soberano" y "autónomo" y luego como "sostenible" y "seguro", mientras que diversos medios se mostraron alarmados por considerar que la ley tenía un carácter sumamente "aislador".
Para despejar las dudas de los preocupados por la posibilidad de que los funcionarios rusos puedan desconectar al país del resto del mundo a su antojo, Vladímir Putin aclaró durante su evento televisivo anual 'Línea directa' que "no se trata de ninguna restricción en Internet" y afirmó que la ley busca únicamente "garantizar el funcionamiento seguro del Runet".
Por su parte, la presidenta del Consejo de la Federación de Rusia, Valentina Matvienko, aseguró que "la ley no conlleva ninguna amenaza de aislamiento del país". "El Gobierno de la Federación de Rusia y la Asamblea Federal no tienen y no tendrán ninguna intención de restringir sus oportunidades en Internet", dijo dirigiéndose a la población joven.
La medida legislativa también ha suscitado numerosas comparaciones con el llamado Gran Cortafuegos de China, asociado a la censura y constante vigilancia gubernamental, pero los autores de la norma afirman que en Rusia "no hay ningún telón de acero" ni bloqueo informativo.