Guardacostas de Grecia han rescatado en el mar Egeo a una neozelandesa de 47 años que sobrevivió 37 horas a la deriva en un bote inflable sin agua potable gracias a los caramelos que llevaba consigo, recoge el portal Stuff.
Kushilu Stein, que viajaba en un yate desde el sur de Turquía hasta Atenas el pasado 1 de noviembre, decidió tomar una balsa hinchable para llegar a la isla de Folegandros, pero mientras regresaba perdió un remo y el viento la condujo a mar abierto.
Esta mujer aplicó las habilidades de supervivencia que había aprendido como marinera: se envolvió en tres bolsas de plástico para mantener la temperatura corporal, empleó un espejo para reflejar la luz del Sol y alertar a aeronaves o barcos que pasaran cerca de donde se encontraba y hasta anotó los datos de contacto de su madre en un costado del bote por si la encontraban sin vida.
Cuando el capitán del yate no percibió señales de Stein alertó a las autoridades griegas, que comenzaron una misión de rescate con barcos, un helicóptero y un avión no tripulado hasta que la encontraron el 3 de noviembre y la enviaron a un hospital con un cuadro de deshidratación.
La madre de la víctima señaló que su hija hizo "todo lo posible para sobrevivir" y subrayó que puso salvar su vida gracias al entrenamiento "bastante competente" que poseía para afrontar situaciones de ese tipo.
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