Washington asegura que Teherán dio "un gran paso en la dirección equivocada" después de que el presidente de Irán, Hasán Rohaní, anunció que su país volverá a reducir sus compromisos en el marco del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) y empezará a inyectar gas en 1.044 centrifugadoras del complejo nuclear de Fordow.
La portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Morgan Ortagus, declaró que su país apoya "plenamente" la "verificación independiente" del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Irán y espera que "informe sobre cualquier desarrollo", mientras que Washington continuará su política de presión económica sobre los iraníes hasta que cambien su comportamiento.
Ortagus manifestó que Teherán no tenía una razón creíble para expandir su programa de enriquecimiento de uranio. Al respecto, Rohaní aseguró que esta medida y los pasos que Irán había anunciado "se pueden revertir" cuando otros firmantes del pacto nuclear "regresen a sus compromisos completos".
El representante de Irán ante la OIEA, Kazem Gharibabadi, aseguró que Teherán solicitó a ese organismo que "enviara a sus inspectores para monitorear el proceso" en Fordow debido a que el JCPOA firmado en 2015 permite a su país poner en marcha esas centrifugadoras, pero deben girar sin el uso de gas.
Bajo este pacto, Irán acordó convertir esa instalación ubicada dentro de una montaña próxima a la ciudad de Qom en "un centro nuclear, físico y tecnológico" donde las 1.044 centrifugadoras se utilizarían para fines distintos al enriquecimiento de uranio, como la producción de isótopos estables para uso civil.