Sudamérica vive momentos convulsos, entre protestas, disturbios, muertes, demandas populares y pedidos de dimisión para distintos mandatarios. Así, las sociedades de aquella región salen a las calles para exigir cambios en el poder político y económico.
Chile y Bolivia presentan los escenarios más dinámicos, donde parte de la ciudadanía expresa su disgusto con sus respectivos Gobiernos. Según el analista Breno Altman, el caso del país presidido por Sebastián Piñera refleja un descontento general con el rol actual del Estado. Es decir, los manifestantes pretenden un cambio radical en el sistema y, sobre todo, una mejora en el acceso a los servicios básicos.
En su opinión, lo que sucede en esa nación del Cono Sur "tiene su origen en las políticas neoliberales implementadas en los últimos 30 años". A su vez, destacó que el malestar general se vincula a la exclusiva administración de "la seguridad social y los servicios públicos", sumado a "la precariedad del trabajo". Sobre ello, concluyó: "El estallido social en Chile representa un rechazo a esas políticas, y al sistema, que está apoyado en la Constitución que dejó Pinochet".
"Hay una rebelión"
Mientras la tensión crece, el Ejecutivo decidió cancelar su aumento en el metro de Santiago, y lanzó otros planes con distintos beneficios sociales, pero los manifestantes no ceden y las protestas continúan. "Esas medidas que anuncia Piñera para calmar las movilizaciones son insuficientes. El problema económico de Chile es muy grande y antiguo", comentó el editor del sitio Opera Mundi.
Y sumó: "Es un sistema heredado de la dictadura, que ha alejado a los jóvenes y las clases trabajadoras de la política. Hoy hay una rebelión". En su consideración, las recientes disposiciones del Ejecutivo son "muy marginales en relación a los problemas centrales que tienen que ver con la renta, el empleo y los servicios públicos". Además, subrayó que "aquella situación de colapso afecta principalmente a los más pobres".
"Operación geopolítica contra Evo Morales"
Por otro lado, Altman hizo hincapié en que los escenarios entre los distintos países son diferentes, y brindó una reflexión sobre el caso boliviano: "Es una situación muy peculiar. La oposición de derecha no quiere reconocer el resultado electoral, la victoria de Evo Morales".
Desde un punto de vista más crítico, señaló que las manifestaciones de los últimos días contra el actual presidente boliviano "tienen características de golpe de Estado". Sobre ello, manifestó que "hay una operación geopolítica en contra de Morales, y es muy visible". Sin embargo, sobre el marco chileno opinó que "no hay señales que demuestren una influencia internacional explícita".