Dos antiguos empleados de Twitter y un agente de Arabia Saudita están acusados de espiar la actividad de disidentes en esa red social por encargo de Riad, según se desprende de documentos judiciales divulgados el 5 noviembre y publicados por el diario estadounidense The Washington Post.
El estadounidense Ahmad Abouammo y el saudita Ali Alzabarah habrían entrado en contacto con representantes de la monarquía árabe en 2014 y habrían empezado a colaborar con ellos al año siguiente.
Después, Abouammo accedió varias veces a las cuentas de tres críticos del Gobierno del país árabe y Alzabarah penetró en más de 6.000: una de ellas pertenecía a Omar Abdulaziz, disidente próximo al periodista Jamal Khashoggi, que murió asesinado en el Consulado de Arabia Saudita en Estambul (Turquía) en octubre de 2018.
Ambos varones extrajeron datos personales de las personas afectadas y transfirieron al tercer acusado, el intermediario saudita Ahmed Almutairi, información que "podría haberse utilizado para identificar y localizar" a esos usuarios de Twitter, según consta en un comunicado de prensa del Departamento de Justicia de EE.UU. que cita la agencia Reuters.
Mientras que Abouammo fue arrestado el pasado 4 de noviembre, se desconoce el paradero de Alzabarah y Almutairi, aunque las autoridades estadounidenses creen que están en Arabia Saudita.
"Los agentes sauditas extrajeron de los sistemas internos de Twitter la información personal de famosos críticos sauditas y otros miles de usuarios", así que Washington no permitirá que "las empresas o la tecnología estadounidenses se conviertan en herramientas de represión extranjera en violación de la ley de EE.UU.", señaló el fiscal David Anderson.
Por su parte, desde Twitter aseguraron que el acceso a la información personal de los usuarios está restringido a "un grupo limitado de empleados capacitados y examinados" y un portavoz de esa red social declaró que su empresa entiende "los riesgos increíbles" que enfrentan muchos tuiteros para "responsabilizar a quienes están en el poder", así que cuentan con "herramientas para proteger su privacidad y su capacidad para realizar ese trabajo vital".