Este jueves, Svenson Ong-a-Kwie de 19 años, y otro joven de 17, cuya identidad sigue sin revelarse, fueron declarados culpables de matar a Jodie Chesney, a quien apuñalaron por error en un parque de Londres el pasado 1 de marzo, informa Daily Mail. Jodie murió antes de llegar al hospital con una herida de 18 cm de profundidad en la espalda, que casi atravesó su cuerpo.
Según el expediente del caso, la joven de 17 años, perteneciente al Movimiento Scout, estaba escuchando música con unos amigos en un parque, cuando la apuñalaron por la espalda, tomándola por el verdadero objetivo de los atacantes: un adolescente local llamado Tashinga.
Tashinga había sido acusado de apuñalar a uno de los asesinos de Jodie, Svenson Ong-a-Kwie, cinco meses antes. El hecho se produjo en medio de una guerra territorial entre pandillas rivales que distribuyen drogas en Harold Hill, al este de la capital británica.
Por su parte, Tashinga admitió que él era el objetivo del brutal apuñalamiento que mató a Jodie y se disculpó con la familia de la menor: "Lo siento mucho por ellos", señaló el joven. Al mismo tiempo agregó: "Ninguna niña inocente debería morir así, es triste".
Cuando la noticia del ataque se extendió por las redes sociales, la Policía se apresuró en hallar al padre de la víctima, Peter, que estaba celebrando su 39 cumpleaños en el centro de Londres. Al escuchar este jueves el veredicto, expresó su alivio por saber que los asesinos de su hija habían sido declarados culpables. "¡Los tenemos!", exclamó. Los culpables serán sentenciados el 18 de noviembre.