Este viernes, se registró una nueva manifestación en Santiago de Chile para protestar contra las políticas neoliberales de Sebastián Piñera, así como para exigir una nueva Constitución donde se consagren los derechos a la educación, a la salud y al medioambiente.
A las 19:00 (hora local), se registró un incendio en la sede de la Universidad Pedro de Valdivia, ubicada en las avenidas Almirante Simpson y Vicuña Mackenna, en la comuna Providencia, a dos cuadras de Plaza Italia, el lugar en donde se desarrollan las protestas de este viernes.
Varios camiones del Cuerpo de Bomberos de Santiago se movilizaron hasta la antigua sede del Comité Olímpico Chileno para apagar el fuerte incendio, que dejó una columna de humo que era visible a cientos de metros de distancia del lugar.
A unos metros del incendio, algunos manifestantes colocaron una barricada con distintos objetos para impedir el paso de las tanquetas de los carabineros.
Previo al incendio en la universidad, a las 18:00 (hora local), carabineros a bordo de tanquetas reprimieron con chorros de agua a los manifestantes que protestaban en la capital chilena.
Agrupados en bloque mientras las tanquetas se abrían camino y hacían retroceder a los manifestantes, algunos uniformados dispararon perdigones contra las personas que protestaban.
El reportero Nicolás Molina, del medio Piensa Prensa, fue impactado en la pierna con dos perdigones. Fue trasladado a un hospital, y se reporta estable.
Al grito de "el pueblo, unido, jamás será vencido", miles de manifestantes se reunieron alrededor de la Plaza Italia, el epicentro de las protestas en la capital chilena.
Con banderas de Chile y de la comunidad mapuche, miles de personas acudieron a la "Marcha de los que sobran", en homenaje a una canción del grupo chileno Los Prisioneros, que se ha convertido en un himno durante las protestas antigubernamentales.
Durante el desarrollo de la protesta, varios manifestantes encapuchados ingresaron a la iglesia La Asunción, sacaron los muebles del interior y les prendieron fuego.
En esta nueva jornada, los carabineros, como se le conoce a la fuerza policial chilena, arrojó gases lacrimógenos y disparó balines contra manifestantes que se encontraban en los alrededores de la Plaza Italia, llamada oficialmente Baquedano.
Pese a la represión policial durante el transcurso de las protestas, miles de manifestantes, con bengalas rojas y azules, llenaron la Plaza Italia y cantaron: "Chile despertó".
Preocupación por excesivo uso de la fuerza
La nueva respuesta de la fuerza policial chilena hizo caso omiso a expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), quienes en un comunicado de prensa, condenaron el uso excesivo de la fuerza durante las protestas antigubernamentales, incluyendo los balines y perdigones que han disparado los uniformados.
"El elevado número de heridos y la manera en la cual se han utilizado las armas no letales parece indicar que el uso de la fuerza fue excesivo y violó los requisitos de necesidad y proporcionalidad", refirieron los expertos nombrados por el Consejo de Derechos Humanos.
Los expertos del organismo multilateral se mostraron también preocupados por los "abusos contra niños y niñas y malos tratos que podrían constituir tortura".
El jueves pasado, la Fiscalía de Alta Complejidad de Chile informó sobre la apertura de una causa penal contra un carabinero que usó a un adolescente como escudo humano para disparar bomba lacrimógena a manifestantes.
La marcha de este viernes responde también al anuncio de Piñera del día anterior, en el que informó sobre un nuevo proyecto de ley 'antisaqueos' y otro de 'antiencapuchados'.
Hasta el 8 de noviembre, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INFH) ha informado sobre 170 querellas contra los carabineros, 19 de ellas por tortura con connotación sexual, de acuerdo con un comunicado de prensa del organismo.
El INDH también alertó sobre el "uso de armas no letales en forma indiscriminada, en particular cuando se disparan perdigones contra el rostro y los ojos de las personas", que de acuerdo con el organismo, ha dejado 175 casos de lesiones oculares.
Por su parte, hasta el 1 de noviembre pasado, la Fiscalía de Chile investigaba 23 muertes en el marco de las protestas, cinco de los fallecimientos a manos de agentes del Estado; 16 durante la presunta comisión de delitos comunes y dos mientras estaban detenidas en una comisaría.
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