En un tribunal de Singapur ha iniciado esta semana un juicio contra una pareja que está acusada de torturar y matar a su propio hijo, informa la prensa local.
Los padres de la víctima, Azlin Arujunah y Ridzuan Mega Abdul Rahman, ambos de 27 años, son procesados por varios cargos, incluyendo maltrato infantil, causar daño a un niño conscientemente y asesinato. El menor, de 5 años, falleció en octubre de 2016 debido a una serie de heridas.
Según la Fiscalía, una semana antes de la muerte del niño, sus padres en al menos cuatro ocasiones le echaron agua hirviendo. Después de la cuarta vez, el menor quedó inconsciente y la pareja lo llevó al hospital solo seis horas después, y falleció a la mañana siguiente.
Siniestros métodos de tortura
Asimismo, se presume que el niño con frecuencia era encerrado en una pequeña jaula metálica para gatos, lo que le provocó laceraciones en diferentes partes del cuerpo. La pareja, entre otras cosas, también lo habría pellizcado usando un alicate y golpeado con una escoba.
En la autopsia se determinó que el pequeño tenía quemaduras de segundo y tercer grado en el 75 % del cuerpo, fractura de los huesos nasales, hematomas en las extremidades y cabeza, múltiples heridas faciales y una lesión renal aguda. Durante la audiencia, los forenses indicaron que algunas de dichas heridas contribuyeron a la muerte del niño, debido a que su organismo ya no estaba en condiciones para contrarrestar los daños provocados por la quemadura.
"No tenía a nadie a quien recurrir"
"Este es un asesinato tan horrible como trágico", dijo uno de los dos fiscales del caso. "Uno no puede imaginar el dolor y el tormento que el difunto debe haber soportado en los meses previos a su muerte. Fue torturado hasta la muerte y no tenía a nadie a quien recurrir", agregó.
Se sospecha que el menor comenzó a ser torturado a mediados del 2016. Un amigo de Azlin se hizo cargo del niño, tras su nacimiento, pero regresó con sus padres biológicos en mayo de 2015. Los procesados declararon que golpeaban a su hijo únicamente con la intención de disciplinarlo y rechazan los cargos que pesan sobre ellos. En caso de ser encontrados culpables, la pareja podría ser condena a pena de muerte.