Israel, junto con EE.UU. y varios aliados europeos de la OTAN, ha puesto fin esta semana a sus maniobras Bandera Azul, parte de las cuales se centraron en contrarrestar defensas aéreas avanzadas, como el sistema S-400 de Rusia.
El ejercicio se desarrolló entre los días 3 y 14 de noviembre en la base aérea de Uvda, en el desierto del Néguev, al sur de Israel. Alrededor de mil militares y 70 aviones de combate israelíes, estadounidenses, alemanes, italianos y griegos, participaron en los ejercicios, que incluyeron por primera vez cazas de quina generación F-35.
También participaron baterías de misiles israelíes Patriot, fabricadas en EE.UU., que fueron "modificadas" para simular los avanzados sistemas S-400 rusos, informa Breaking Defense, sin revelar más detalles del entrenamiento.
Moscú desplegó sistemas S-400 en Siria para defender su base aérea Jmeimim en Latakia, los mismos que ha suministrado a Turquía, miembro de la OTAN, y que ha ofrecido a Arabia Saudita. Las entregas a Ankara se efectuaron pese a la presión de Washington, que intentó persuadir a su aliado de que abandonara la idea de comprar esos sistemas, adquiriendo en su lugar los Patriot.
36 blancos simultáneos
El sistema de misiles antiaéreos S-400 Triumf está diseñado para brindar una protección de alta eficacia contra ataques aéreos con misiles balísticos estratégicos de crucero, tácticos y de otro tipo. Así, es capaz de alcanzar objetivos que se mueven en el aire, incluidos aviones y misiles de crucero, desde una distancia de 400 kilómetros.
Al mismo tiempo, estas unidades pueden destruir objetivos balísticos que se mueven a altitudes entre escasos metros y varias decenas de kilómetros y a velocidades de hasta 4,8 kilómetros por segundo. Asimismo, pueden vigilar hasta 36 blancos aéreos de cualquier tipo de forma simultánea y contraatacar con hasta 72 misiles.