El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), ha advertido que los elefantes africanos podrían extinguirse para 2040, a menos que se tomen medidas urgentes.
África alberga dos especies de elefantes. La primera es el elefante africano de bosque (Loxodonta cyclotis), que vive en África occidental y la cuenca del Congo. La otra especie, el elefante africano de arbusto (Loxodonta africana), se lo puede encontrar en una variedad de hábitats en decenas de países del continente.
No obstante, ambas especies enfrentan retos muy similares, al ser vulnerables a una posible extinción. Principalmente mueren debido a la caza furtiva y al creciente número de conflictos de hábitat con los humanos.
Una muerte dolorosa
Según estimaciones del WWF, la población de elefantes africanos ha disminuido un 70 % desde la década de 1980. La caza furtiva que promueve el comercio ilegal de marfil mata hasta 20.000 paquidermos al año. Y aunque la caza de elefantes africanos se ha reducido en los últimos años, la demanda de marfil continúa diezmando el número de estos animales.
"Los cazadores furtivos generalmente usan [fusiles] Kaláshnikov o flechas envenenadas", explicó Pauwel De Wachter, uno de los coordinadores del WWF para África Occidental. Además, explicó que las armas usadas no matan a los elefantes de inmediato. "Una vez en el suelo, los cazadores furtivos les cortan los tendones para inmovilizarlos y los condenan a una muerte dolorosa. Para que los elefantes se desangren más rápido, les cortan la trompa".
Consecuencias para el ecosistema
Al igual que cualquier otra especie, la pérdida de elefantes africanos podría generar un profundo impacto en el ecosistema.
Estos animales contribuyen a la fertilización del suelo, distribuyendo nutrientes de una amplia gama cuando se desplazan. Incluso sus huellas juegan un papel importante en la estructura del paisaje y proporcionan un hogar para numerosas especies, desde libélulas hasta renacuajos.
El comercio de marfil
El Fondo Mundial para la Naturaleza reporta que se ha avanzado en el debilitamiento del comercio de marfil a nivel mundial, gracias a que muchos países, incluido China, el mayor consumidor en el mundo, han introducido duras restricciones en los últimos años. Sin embargo, los animales todavía necesitan protección.
Bélgica, país que posee estrechos lazos con estados africanos de la Selva del Congo desde los tiempos coloniales y que fue un punto importante en el comercio ilegal de marfil durante el siglo pasado, encabeza la nueva campaña del WWF para proteger a los elefantes en África. En el marco de la campaña se subraya que es necesario gastar más dinero en la lucha directa contra la caza furtiva, así como en la protección de las áreas donde viven los elefantes.