Uruguay, el país latinoamericano que espera (en calma) el resultado de las presidenciales

El domingo se llevó adelante la segunda vuelta electoral pero como la diferencia entre los candidatos es muy pequeña, los resultados finales se conocerán el viernes.

No hubo incidentes. No subió el dólar ni la nafta. Las calles no estuvieron convulsionadas y no se veían más banderas que las que suele haber en balcones y ventanas. "Acá fue un silencio total", cuenta una abuela sobre su barrio. Los uruguayos y las uruguayas todavía esperan saber formalmente quién será el presidente por los próximos 5 años tras la segunda vuelta de este domingo. Y lo hacen en calma.

El 24 de noviembre en Uruguay se llevó adelante el balotaje entre Daniel Martínez (Frente Amplio, oficialismo, progresista) y Luis Lacalle Pou (Partido Nacional, una formación tradicional del país de centro derecha). La noche del conteo fue como una final por penales. Desde las 20:30, cuando se publicaron los sondeos a boca de urna, hasta casi las 2 de la mañana, la diferencia entre uno y otro candidato se achicaba minuto a minuto. El resultado fue el más parejo de la historia: sólo 28.666 votos separan al primero (Lacalle Pou) del segundo (Martínez)

Y no solo eso: como esa distancia es menor a la cantidad de votos 'observados' de la elección, la Corte Electoral decidió que no se definiría esa noche, sino que habría que esperar hasta el viernes siguiente para saber formalmente quién será el presidente. Los gritos aislados de festejos que se habían escuchado ni bien cerraron las mesas electorales de a poco desaparecieron.

'Votos observados' remite a un procedimiento específico de votación para que algunas personas voten en un circuito distinto al que le correspondía (por ejemplo, los fiscales de mesa o la seguridad de los circuitos electorales). Justamente se cuentan más lentos porque hay que chequear cada caso en particular para certificar si es válido. En general son tan pocos que no modificarían el total pero en este caso la diferencia es tan finita que no permite confirmar un ganador. 

Lunes de guardar

Uruguay amaneció en calma. En contra de los pronósticos, en vez de ser un día agitado por la incertidumbre, fue el primer día sin campaña después de largos meses (las primarias fueron a fines de junio).

El candidato Lacalle Pou dio día libre a su equipo técnico y almorzó con amigos. La vicepresidenta de la fórmula, Carmen Argimón, asistió a la marcha contra la violencia de género. Fue en Plaza Independencia, se trata de una convocatoria que se hace desde hace trece años y es conocida por las 'Mujeres de Negro.

También fue Martínez, que se sacó fotos con quienes se lo pedían y no dio declaraciones a la prensa. 

El lunes continuó tranquilo y en la televisión hacían reportes desde lugares en los que no ocurría nada: un periodista salía en directo desde la sede del partido Nacional, en donde no había nadie ni sucedía nada. Otra presentadora hablaba desde la Corte Electoral, aunque allí tampoco pasaba nada: recién se empezaría el conteo de los votos observados este martes. Según explicó un funcionario de la corte electoral en la televisión, el lunes se interrumpió el conteo: es "humano descansar" después de un día tan intenso como el de las elecciones, aseguró.

Carmen está jubilada y es exempresaria. Votó al Frente Amplio y el lunes comía pescado con un amigo en un restaurante sobre la rambla montevideana. "Estamos tranquilos porque sabemos que hicimos todo lo que teníamos que hacer", cuenta. Más tarde dice que está algo inquieta. 

- ¿Te pone nerviosa no saber los resultados?

- No. Nerviosa no, inquieta. Inquieta por mi Frente [Amplio] querido. Aunque me da pena, le veo algo positivo a que gane la 'coalición multicolor': si ganábamos nosotros, ellos ya tenían listo un plan para desestabilizar. Iban a correr riesgo físico los ciudadanos. 

Y es que actualmente, Uruguay es un oasis dentro de la región (golpe de estado en Bolivia, protestas y paro nacional en Colombia, movilizaciones en Chile). Muchos coinciden en que es una paz a cuidar. Y muchos otros temen que ya esté en riesgo por la abrupta y gran presencia de lo militar en el debate público.

El caso de Argentina es quizá el más similar a Uruguay, dado que está en transición democrática. Sin embargo, el recorrido es completamente a la inversa: mientras del otro lado del Río de la Plata se pasa de la derecha al progresismo, en Uruguay si la tendencia se mantiene pasaría de gobernar una coalición de izquierda a una de derecha, con militares incluidos. 

José es pescador y vende sobre la rambla pejerrey, corvina y carnada. Hoy el mar estuvo demasiado picado para pescar, así que espera. Igual que con la política. "Me queda un gusto amargo, la elección está indefinida", opinó. El domingo cuando se supieron los resultados, habló con la familia por teléfono. Tenían ganas de salir a celebrar. "Nos tiraron el festejo pa' trás"

De todos modos, reconoce que lo más probable es que gane su adversario, el Partido Nacional. Pero de todos modos festeja el resultado del Frente Amplio: "Aunque sea nos acercamos bastante". 

Natalia trabaja en un banco en la zona más rica de la ciudad. Pese a la incertidumbre, hoy su jornada estuvo tranquila y no pasó nada fuera de lo común. "Quizá puede ser que en los últimos días hayan preguntado más sobre cofres [cajas fuertes], pero no demasiado. De hecho, a quienes se ve con más movimiento es a los argentinos, que vienen a abrir cuentas masivamente", relata.

De todos modos ella, como la mayoría, creen que el resultado está cerrado, que no hay incertidumbre y que por eso todo está tranquilo. Y es que para que el FA dé vuelta la elección, más del 90% de los votos observados deberían ser para ellos, y eso no es estadísticamente muy probable. 

Carmen está tranquila. Aunque cuenta que, al haber trabajado en ventas, siempre se orientó "por objetivos". Sin embargo esta vez lo ve diferente. "Siempre consideré que hay que ir a los resultados: esta vez tengo que mirar el camino", reflexiona. Se refiere a todos los logros conseguidos por el gobierno progresista durante los últimos 15 años en el Gobierno: Según el Instituto Nacional de Estadística el progresismo se retira con un 0,1 % de indigencia, y el logro de disminuir la pobreza de 32,5% (2006) a 8,1% (2018).

Pero Juan está enojado. Tiene alrededor de 60 años y no le cierra que "no hayan podido dominar un poco más a los chorros [ladrones]". Además, dice que ahora en Uruguay hay mafias que antes no existían. "No hay ciudadano que no tenga un pariente al que le haya pasado algo", cuenta. 

La inseguridad ha sido uno de los grandes ejes de la campaña en este país sudamericano. Principalmente ha sido la oposición y los medios quienes instalaron el tema como central. Sin ir más lejos, junto a las elecciones generales también se plebiscitó un proyecto para reformar la constitución en una línea punitivista: proponía peores penas y más militares en las calles. Aunque la iniciativa perdió, el 47% de votos positivos son un dato contundente. 

Reconocer o no reconocer, esa es la cuestión

"En realidad ya no hay incertidumbre, todos sabemos que ganó Lacalle Pou", agrega Juan. También critica que Martínez no haya "reconocido" el resultado: "No le gusta perder", remata. 

Es lo mismo que Lacalle Pou criticó en su discurso el domingo en la noche. Sobre esto, Martínez tuiteó: "Siempre respetamos la voz del pueblo. Lo correcto es esperar los resultados de la corte electoral. Sea cual sea va a existir un diálogo con Luis Lacalle Pou. Así lo exige nuestra rica tradición democrática. Cuando se confirme que él es electo voy a ir personalmente a saludarlo".

El exgeneral y las encuestadoras, en la mira

Como sucedió también en Argentina en varias de las elecciones, las encuestadoras fallaron. Previo al domingo uruguayo, la consultora Factum preveía que Martínez obtendría un 43 % y Lacalle Pou un 51 %. Nada pronosticaba un final tan cerrado. 

Con el diario del lunes, analistas y encuestadoras coinciden en que el factor que cambió los votos entre jueves y domingo fueron las declaraciones de Guido Manini Ríos. Se trata de un exgeneral que se presentó en elecciones y logró un sorpresivo 11 %. Un día antes de la veda publicó un "mensaje a las Fuerzas Armadas" en el que llamaba a "no votar al Frente Amplio".

La actitud generó un revuelo total, que se sumó a la indignación respecto a una carta que distribuyó una editorial del Centro Militar que entre otras cosas decía: "El próximo domingo hay que sellar el camino de un nuevo amanecer. El Marxismo debe empezar a ser definitivamente extirpado del horizonte de nuestro destino nacional". 

Propios y ajenos reconocieron lo mal que le cayeron esas declaraciones a uruguayos y uruguayas. Tanto, que el excandidato (ahora parte de la coalición de Lacalle Pou) cambió su horario de votación sin avisar para no cruzarse con periodistas. 

Mientras tanto, en las redes se viralizaba el video de un desconocido que amenaza de muerte al presidente Tabaré Vázquez, al exmandatario José 'Pepe' Mujica y al candidato Martínez: "Si ustedes quieren tener un problema con los militares, lo van a tener y gratis, la única diferencia es que esta vez la quedan [mueren] todos".

Y como si faltaran condimentos, el lunes el presidente del Centro Militar, Carlos Silva, dijo que "si es necesario" las Fuerzas Armadas (FFAA) podrán ser utilizadas para restablecer el orden. "Lo advierto porque es un fenómeno generalizado: está pasando, por ejemplo, en Colombia, Ecuador y Chile", escribió.

Todos los entrevistados y las entrevistadas (votantes de uno y de otro partido) coinciden en la confianza en la Corte Electoral. "Uruguay es ejemplo de democracia en el mundo", aporta Juan. "Nos importa mucho la democracia", coincide Carmen.
Aunque la tendencia indica que Lacalle Pou sería el próximo presidente en Uruguay, recién el viernes se sabrá de manera confirmada. Carmen concluye: "Ya saben cómo es esto, voto a voto. Hay quien dice –como el tango– que esto es como en las carreras: por una cabeza..."

Julia Muriel Dominzain

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