Producción, unión y autogobierno: las lecciones de una combativa parroquia caraqueña

Los miembros del colectivo Unidos San Agustín Convive pertenecen a 13 sectores de San Agustín del Sur, una parroquia ubicada en la ciudad de Caracas, Venezuela, que ha tendido un puente con las comunidades vecinas para beneficiar a más de 5.000 familias.

"La cooperativa es una organización que nació para ayudar en distintas problemáticas: niños y niñas vulnerables, mujeres desprotegidas, juventud sin empoderarse, falta de proyectos socioproductivos y necesidad de mejorar la convivencia. Pero empezó el bloqueo estadounidense y la crisis económica, y entonces nos afianzamos más en el objetivo de la alimentación", explica Vianney Arangol, lideresa e integrante del colectivo.

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Arangol cuenta que la cooperativa se encargó de coordinar con productores campesinos para realizar jornadas de distribución y consumo de verduras y hortalizas, sin intermediarios, con un ahorro de más del 70 %, en comparación con los precios del mercado.

"Tenemos años conformados y nuestro interés es dejar de ser una cooperativa centrada únicamente en el consumo, para empezar a ser una cooperativa enfocada en la producción, porque entendemos que Venezuela lo que necesita ahora es producir", enfatiza Martha Lía Grajales, otra luchadora social que forma parte de este núcleo. 

Producir más y mejor

La cooperativa conformó la comisión de corte y costura para aprovechar el conocimiento de varias mujeres de la comunidad, y comenzó la producción de ropa interior infantil para los niños que habitan en la zona.

Al cabo de unos meses, esta producción se convirtió en un novedoso mecanismo de intercambio con otras plataformas organizativas y sirvió para la captación de divisas, gracias a la internacionalización de los diseños.

Asimismo, Unidos San Agustín Convive avanza hacia la creación de un espacio de acopio y procesamiento de alimentos, y también trabaja en el desarrollo de una innovadora granja agroecológica.

"Tenemos el núcleo de niños y niñas, que se ha mantenido para acompañar a los jóvenes sin orientación; la unidad de procesamiento, que en un principio solo procesaba las mermas de cada consumo, básicamente para hacer salsas y mermeladas, pero ahora también realiza dulces criollos; y tenemos la granja donde se producen plántulas para facilitárselas a los campesinos y hacemos compost y lombricultura", agrega Arangol.

Para Unidos San Agustín Convive, "el rescate de la niñez perdida" (sin acompañamiento materno y paterno) para formarla en los valores de "la integración comunal productiva" es una prioridad. Sus miembros consideran que es una tarea ineludible trabajar en la formación de generaciones de relevo, que asuman el trabajo comunitario actual.

Por eso, entre sus estrategias se encuentra realizar encuentros anuales entre los niños de los distintos sectores, con el objetivo de que se sepan y sientan parte de una misma comunidad.

Retos a la vista

Todas estas iniciativas son lideradas por un grupo de 30 personas, en su mayoría mujeres. Con cinco años de dinámicas sostenidas, los avances siguen dándose y el proceso de práctica y reflexión crítica también va definiendo los nuevos horizontes a seguir.

"Todavía falta mucho en nuestra relación con la comunidad, aunque hemos avanzado un montón. Falta contacto, somos muy poquitos en comparación con todos lo que viven en el sector, aunque los vínculos que tenemos son buenos", dice Mireya Peña, presidenta de la cooperativa, quien también espera "que todas las comisiones se sumen a generar ingresos para poder autosostener más y más proyectos".

Finalmente, Peña confiesa que "ejercer el poder popular no es fácil", pero confía en que el colectivo del que hace parte  logrará avanzar en el autogobierno y conseguirá que el trabajo en la cooperativa sea productivo, al punto que les permita a sus integrantes "ganarse la vida y algo más".

De esta forma, la experiencia de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive no es sólo una apuesta por garantizar alimentos más baratos en un contexto de grave crisis económica, sino también una apuesta política, construida desde los poderes creativos del pueblo humilde y organizado.

Jessica Dos Santos 

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