Tras detectar en 2018 una tormenta global de polvo que cubrió todo Marte, la NASA ha concluido que este fenómeno, que ocurre una vez cada 10 o más años, podría ser la razón por la que el planeta rojo se quedó sin agua durante miles de millones de años, según lo reveló en una entrada publicada este martes en su página web.
La agencia espacial estadounidense observó torres de polvo que se calentaban con la luz solar y se elevaban en el aire. Los expertos piensan que el vapor de agua atrapado entre esas partículas puede conducirlas "como un ascensor hacia el espacio", donde la radiación del Sol separa sus moléculas.
El organismo explicó que torres de ese tipo se elevan sobre la superficie de Marte cuando se levanta una nube de polvo que es casi tan ancha como el estado de Rhode Island. Al alcanzar una altura de 80 kilómetros, su grosor ya es semejante a la extensión de Nevada. Luego, cuando la torre se descompone, genera una capa de polvo a 56 kilómetros sobre la superficie del planeta rojo, que puede ser más gruesa que el territorio continental de EE.UU.
¿En qué consiste?
En esta ocasión, la NASA utilizó un instrumento equipado con un sensor de calor, para mirar a través de la bruma y medir sus niveles. "Normalmente el polvo cae en un día", explicó Nicholas Heavens, científico de la Universidad de Hampton. Asimismo, detalló que en las tormentas gobales de polvo, las torres se renuevan continuamente durante tres semanas y media.
Heavens también indicó que vieron que esas torres pueden funcionar como "ascensores espaciales" para otros materiales, a los que transporta a través de la atmósfera. En concreto, cuando el polvo en el aire se calienta crea corrientes ascendentes que transportan gases junto con él, incluida una pequeña cantidad de vapor de agua que a veces se ve en Marte como si fueran nubes.
Este científico demostró que durante tales tormentas globales las moléculas de agua se elevan a la atmósfera superior, donde la radiación solar puede descomponerlas en partículas que se dispersan por el espacio, hecho que podría dar una pista para entender por qué el planeta rojo perdió toda su agua y se convirtió en un desierto. Pero, de momento, la comunidad científica no ha podido demostrar esta hipótesis, por lo que sigue estudiando el fenómeno para ver si está relacionado o no con la pérdida de agua en Marte.
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