Las autoridades españolas interceptaron el pasado domingo un submarino cargado con más de tres toneladas de cocaína de alta pureza en las aguas de la ría de Aldán, frente al municipio de Cangas de Morrazo, en Galicia (en el estremo noroeste de España).
Los tres tripulantes de la embarcación, dos procedente de Latinoamérica, y un tercero que es ciudadano español, fueron arrestados. El plan de los narcotraficantes consistía en entregar la droga a otra nave, pero finalmente abandonaron el submarino el sábado, dejando que se hundiera en un mar agitado.
Supera la capacidad del submarino de Pablo Escolar
El valor de la cocaína incautada, distribuida en 152 fardos de entre 20 y 25 kilos, se estima en unos 100 millones de euros (110 millones de dólares).
La prensa local reveló este jueves que los destinatarios del alijo habrían sido miembros de una organización afincada en Galicia, concretamente junto a la Ría de Arousa, a la que se le supone capacidad operativa y contactos suficientes como para introducir la cocaína en Europa.
Con 20 metros de eslora y con espacio para cargar 3.000 kilos de estupefacientes, el navío intervenido supera en un 50 % la capacidad de transporte del famoso submarino del narcotraficante Pablo Escobar, que fue hallado cerca de Costa Rica y podía albergar como máximo 2.000 kilos de cocaína.
El primer narcosubmarino de Europa
Según los investigadores españoles, se trata del primer intento de emplear un submarino para el tráfico de droga en Europa. Hasta ahora, ninguna nave de estas características había sido interceptada, aunque desde 2006 se barajaba seriamente la posibilidad de que este procedimiento estuviese siendo utilizado por los grandes clanes internacionales de la droga. Este apresamiento, por lo tanto, abre una nueva y fecunda línea de trabajo en la investigación sobre narcotráfico.
Reflotación para las pesquisas
Dos grúas de gran tamaño fueron necesarias para elevar el submarino desde las profundidades, en un complejo operativo que se prolongó hasta la noche del martes y que se complicó considerablemente debido al fuerte viento que soplaba.
Una vez izada la nave tras dos intentos fallidos, los técnicos accedieron su interior cortando parte de la cubierta con una radial, y dando inicio a una detallada inspección que aún está en curso. Parámetros como la capacidad de almacenamiento del tanque de combustible pueden revelar datos significativos para la investigación, como el numero de veces que el batiscafo necesitó repostar en su travesía por el Atlántico.
Colombia ofrece su ayuda
Por su parte, el Gobierno de Colombia ha contactado ya con el Servicio de Vigilancia Aduanera de España para ofrecer su experiencia y su ayuda en las pesquisas, manifestando incluso su voluntad de enviar efectivos a Galicia para ayudar en la inspección del submarino.
La propuesta, realizada en virtud de un convenio bilateral existente entre ambos países, movilizaría a la unidad colombiana especializada en este tipo de navíos, compuesta por investigadores expertos, capaces de obtener detalles importantes a partir de la construcción, segmentación y otros elementos del artefacto.
Principal incógnita: el origen
En cualquier caso, resta aún mucho trabajo para resolver las importantes incógnitas que aún se ciernen sobre este caso. Las primeras de ellas continúan siendo el puerto y el astillero de origen: Brasil se sitúa de momento como una se las hipótesis más plausibles, pero no se descartan la Guayana Francesa o Surinam.
El área del Amazonas tiene tradición en la fabricación de narcosubmarinos, y además ofrece a los traficantes una manera perfectamente discreta para alcanzar al Atlántico sin ser avistados en el costa. Por ese motivo las primeras líneas de investigación se centran en esta zona. En cualquier caso, en breve se analizarán los sellos de los fardos para conocer más sobre el origen de la cocaína.