Cinco niños más fallecieron en esta última jornada por causa de un brote de sarampión en Samoa, país donde la epidemia se ha cobrado la vida de más de medio centenar de personas debido a que solo dos tercios de la población ha sido inmunizada, anunciaron las autoridades samoanas este lunes.
Se informa que en total 53 personas perdieron la vida desde finales de octubre por esa enfermedad, entre ellos un adulto y dos adolescentes. A la vez, se destaca que la mayoría de los fallecidos son niños y bebés: 23 de ellos eran menores de un año, mientras que la edad de los restantes oscilaba entre uno y cuatro años, informa AP.
Desconfianza ante la vacunación
La epidemia se debe en gran parte a que menos de un 30 % de los niños de Samoa fueron vacunados el año pasado, según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés).
El hecho de que la vacunación contra esta enfermedad haya disminuido drásticamente se atribuye a un accidente médico que mató a dos bebés en julio de 2018, tras recibir una vacuna mal preparada. Las enfermeras que los inyectaron fueron declaradas culpables de negligencia y homicidio involuntario.
A pesar de que la muerte de los menores fue provocada por un error médico y no por la vacuna en sí, el caso desató una fuerte desconfianza que llevó a la suspensión temporal del programa de inmunizaciones del país.
Kate O'Brien, directora del departamento de inmunización de la OMS, aseguró que un grupo de activistas antivacunas había avivado aún más estos temores con una campaña en las redes sociales, y lamentó que "esto ahora se está midiendo en la vida de los niños que han muerto en el curso de este brote".
Cifras alarmantes
Según los datos publicados por el Gobierno samoano, un total de 3.728 personas contrajeron sarampión desde el inicio del brote en octubre, 198 de ellas en las últimas 24 horas. Al mismo tiempo, 1.100 personas fueron ingresadas por tal causa en hospitales, de las cuales 180 aún permanecen hospitalizadas, incluyendo a 19 niños en estado crítico.
El mes pasado el país declaró situación de emergencia, y desde entonces todas las escuelas permanecen cerradas y los menores no pueden participar en ninguna reunión pública. Para combatir la enfermedad e intentar evitar nuevos contagios, el gobierno de Samoa ordenó la vacunación de todos los 200.000 habitantes del país, de los cuales 33.000 fueron vacunados antes del mes pasado y a partir del 20 de noviembre llegaron a vacunarse 58.000 personas más.
Por su parte, varios países, entre ellos Nueva Zelanda y Gran Bretaña, están colaborando para ayudar a frenar la epidemia, al enviar a Samoa equipos médicos, vacunas y suministros.