El conflicto medioambiental que destapó Greta Thunberg al rechazar un coche eléctrico en España
El periplo de Greta Thunberg para alcanzar la Cumbre del Clima que se celebra estos días en Madrid atraviesa un nuevo capítulo que ha puesto de manifiesto un importante conflicto medioambiental al oeste de España, en la región de Extremadura.
Las autoridades extremeñas, en su afán de ayudar a la joven activista en su apresurado viaje hacia Madrid, le ofrecieron un vehículo eléctrico, con baterías de litio recargables, para agilizar un viaje por la península ibérica más rápido que el que ofrece el servicio ferroviario del país, e igualmente inocuo en lo referente a emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, Thunberg lo rechazó, sin dar explicaciones al respecto, después de ser alertada vía Twitter por un colectivo de vecinos de la región, que la puso al corriente del conflicto medioambiental que vive la zona, relacionado precisamente con el litio.
Y es que, desde hace algo más de dos años, existen grandes intereses empresariales asociados al descubrimiento de reservas de litio en el entorno natural de Valdeflores, a menos de tres kilómetros de la ciudad extremeña de Cáceres. La plataforma Salvemos la Montaña, por su parte, ha estado todo ese tiempo articulando la oposición ciudadana al proyecto minero que quieren acometer las compañías interesadas, por considerarlo incompatible con el mantenimiento del entorno natural.
Proteger la Montaña como un lugar sagrado
La portavoz de esta plataforma se llama Montaña Chaves. Muchas mujeres de su región se llaman también Montaña, o María de la Montaña, lo que de entrada ya da una idea de la importancia cultural y atávica que tiene esta montaña de Cáceres para los lugareños. Y es que, tal como nos explica Chaves, la montaña, situada en la llamada Sierra de la Mosca, es "un lugar sagrado".
Y no solo porque esté ubicado allí el santuario de Nuestra Señora de la Montaña, la virgen patrona de Cáceres, sino por el patrimonio natural y prehistórico tan rico que alberga. "La ciudad está pegada a la Sierra de la Mosca, y esta zona forma parte de un sistema geológico que acogió a los primeros pobladores de la zona", explica Chaves, recordando que en este entorno se han hallado pinturas rupestres de gran valor antropológico, realizadas por tribus neandertales.
El sitio donde se pretende instalar la mina está justo detrás del santuario dedicado a la virgen, por lo que al impacto ecológico derivado de las perforaciones se añadiría una alteración irremediable del entorno a todos los niveles, desde el medioambiental al más puramente cultural.
Hongos endémicos, aves en peligro de extinción (desde el milano real a águilas imperiales, pasando por varias especies de buitres o búhos), jabalíes o murciélagos serían solo algunas de las múltiples formas de vida que se verían afectadas por la irrupción de un proyecto minero en este ecosistema ibérico. Pero además desaparecería una de las zonas de esparcimiento más queridas por los habitantes de la zona –que acuden allí para estar en contacto con la naturaleza, practicar deporte o pasear–, y que forma parte, tal como explica Chaves, "de la idiosincracia cacereña".
Además, los planes de industrialización minera en la zona no se detienen en la excavación de un yacimiento extractivo, sino que el proyecto incluye la instalación de "una planta de transformación del mineral, donde se sometería la piedra a un proceso de molienda y al tratamientos con diversos químicos, como el ácido sulfúrico, la sosa cáustica o el sulfato potásico, y se llevaría a cabo una tostación del mineral a 850 grados centígrados", detalla Chaves. Según la portavoz de Salvemos la Montaña, como resultado, "habría una chimenea emitiendo CO2 y otros químicos a la atmósfera durante las 24 horas del día".
"No solamente es el agujero que harían para llevarse el mineral, son también las detonaciones, la apertura de caminos, el trasiego de camiones, y toda la contaminación producida en un terreno de unas 1200 hectáreas, que quedaría totalmente arrasado", asegura Chaves.
"Tú decides, Greta"
Este escenario es el que la Plataforma Salvemos la Montaña ha querido que Greta Thunberg entienda. "Esto es lo que quieren hacer en Cáceres para fabricar las baterías de los coches eléctricos", le decían por eso a la joven activista en un tuit al que adjuntaron un video recientemente elaborado y dirigido al Gobierno de España, en el que una niña pequeña (también llamada Montaña) denuncia la amenaza medioambiental que constituye el proyecto minero.
@GretaThunberg GRETA: DO NOT accept the LITIO battery car from the Junta de Extremadura. This is what they want to do in Cáceres to manufacture the batteries of electric cars. You decide Greta! @EPExtremadura@hoyextremadura@el_pais@EfeExtremadurahttps://t.co/OS3cEukf4ypic.twitter.com/IIecv6u0ib
— Salvemos La Montaña (@salvemosMontana) November 30, 2019
La portavoz de la plataforma ciudadana explica que el paso de Greta Thunberg por España, y más concretamente su desembarco en Lisboa (habida cuenta de que Cáceres está situada exactamente entre la capital portuguesa y Madrid), les ha dado "la oportunidad de visibilizar el problema" y contactar con ella a través de Twitter.
Pero la llegada de Thunberg también propició un movimiento del Gobierno regional extremeño (el ofrecimiento de un vehículo eléctrico) que, como veremos, admite otras lecturas que apuntan a algo más allá del aparente gesto de buena voluntad para ayudar a la joven activista.
¿Quién ofreció el coche a Greta Thunberg y con qué intención?
La Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad de la Junta de Extremadura, encabezada por la consejera Olga García García, fue el organismo que ofreció a Greta Thunberg el coche eléctrico para facilitar su viaje a Madrid.
Antes de ocupar su actual cargo, al que accedió en 2018, Olga García fue directora general de Industria, Energía y Minas desde 2015, y por lo tanto tenía las competencias en ordenación industrial y minas en el momento en el que el Ejecutivo extremeño empezó a conceder los primeros permisos a la compañía Tecnología Extremeña del Litio (integrada por Infinity Lithium y Valoriza Minería-Sacyr), aspirante a promover la explotación del litio en Valdeflores.
Que fuera la consejería dirigida por Olga García el organismo que ofreciese a Greta Thunberg un coche con baterías de litio despertó los recelos de la Plataforma Salvemos la Montaña: "Nos pareció una provocación contra nuestra causa, porque está vendiendo a la ciudadanía las bondades del coche eléctrico alimentado con baterías de litio, al ponerlo a disposición de la mayor figura mundial en el activismo contra el cambio climático", explica Chaves, que considera que el gesto de la Junta de Extremadura fue en realidad "una manera de legitimar la extracción del litio, y de intentar cambiar la opinión y la consciencia de la ciudadanía local al respecto, para doblegarla".
Finalmente, desde Salvemos la Montaña mandaron el tuit a la joven activista y lograron con ello un efecto beneficioso: pusieron a su favor la supuesta estrategia de comunicación de la Junta de Extremadura para visibilizar, a nivel nacional, su causa contra la amenaza ecológica que se cierne sobre la montaña de Cáceres.
No está claro que el mensaje de esta plataforma haya sido el motivo real por el que Greta Thunberg ha rechazado el vehículo ofrecido por el Gobierno extremeño, ya que ni ella ni su entorno se ha pronunciado al respecto. Pero en cualquier caso, el asunto ha puesto en el mapa una problemática que corría el riesgo de no trascender su importancia regional.
"Nosotros no estamos en contra de los coches eléctricos, ni del progreso", se apresura a aclarar Montaña Chaves. "Sabemos que la descarbonización es necesaria para contrarrestar el efecto invernadero, pero con lo que no estamos de acuerdo –concluye esta activista local– es con el proyecto de excavar aquí una mina, y nuestra función, la de la plataforma, es proteger nuestro territorio, y en especial la montaña de Cáceres".
Salvemos la Montaña acaba de presentar unas 35.000 alegaciones en contra de la mina de litio. Por el momento, su principal valuarte contra la puesta en marcha del proyecto extractivo es la rotunda negativa del Ayuntamiento de Cáceres: de los 25 concejales que constituyen el pleno del consistorio, 21 votaron en contra de la eventual modificación del Plan General Municipal (que permitiría la intervención en la montaña), y en contra de darle trámite a la solicitud de la empresa interesada en acometer la extracción.
David Romero
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