Un extraño incidente interrumpió el partido de balonmano celebrado el pasado domingo en Marsta (Estocolmo, Suecia) entre los equipos locales Boden y Skare, de la liga juvenil. Un conductor presuntamente ebrio se estrelló contra una pared del gimnasio, el Viking Hall, provocando el pánico entre los jugadores, entrenadores y espectadores, que de inmediato buscaron huir del lugar.
Por fortuna, nadie resultó herido. El conductor fue arrestado por la Policía, bajo sospecha de conducir en estado de ebriedad y por cometer negligencia grave durante la conducción, informan los medios locales.
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