La Organización de Estados Americanos (OEA) publicó este miércoles su informe final sobre las elecciones en Bolivia del pasado 20 de octubre y concluyó que el presidente depuesto, Evo Morales, "habría conseguido la mayoría de los votos, pero no habría obtenido la diferencia del 10% necesario para evitar la segunda vuelta".
Según el documento, la victoria en primera vuelta de Morales "fue estadísticamente improbable" y su proclamación se habría dado "por un aumento masivo e inexplicable de los votos del MAS [Movimiento al Socialismo]en el 5% final del cómputo".
"Este incremento se dio a partir de quiebres marcados en las líneas de tendencia de votación a nivel nacional y departamental. El tamaño de las rupturas es extremadamente inusual y coloca en duda la credibilidad del proceso", señala el documento, en el que no figuran hallazgos concretos del presunto fraude denunciado por la oposición de ese país para precipitar el golpe de Estado.
El documento asegura que una "abrumadora" cantidad de evidencia permite afirmar la existencia de "operaciones dolosas encaminadas a alterar la voluntad expresada en las urnas". Sin embargo, no demuestra cuáles en particular pudieron haber incidido directamente a favor del mandatario depuesto.
De igual forma, con respecto a la paralización del escrutinio provisorio, hecho catalizador de las denuncias de fraude, la OEA indicó que los análisis de su equipo técnico "permiten determinar que no fue un accidente".
El organismo indica que sí realizó "una auditoría exhaustiva", con el fin de "certificar que el software no realiza operaciones fraudulentas y que los datos que ingresan se manejan de forma segura y adecuada", pero que solo lo hicieron "hasta la primera vez que se generó el hash de integridad ante la sala plena y los observadores de la OEA".
"Después de esa fecha el código fuente sufrió varias alteraciones en diferentes fechas de las cuales no fuimos partícipes y por lo tanto ya no podemos certificar la integridad del mismo software", agregan.
Asimismo, mientras la comisión asegura que hubo irregularidades en el llenado de actas "que afectan la integridad de las mismas", admite que no pudo "contrastar la información consignada con las actas de escrutinio y cómputo" debido a la quema de material electoral, que fue protagonizado por los propios opositores que denunciaban el supuesto "fraude" del oficialismo.
¿El "fraude" de Evo Morales?
El pasado 10 de noviembre, el presidente de este organismo, Luis Almagro, había pedido la anulación de las elecciones tras difundir los resultados preliminares del informe.
Esta declaración elevó los niveles de agitación existentes en la oposición boliviana desde el día de las elecciones. Poco después de la publicación, el presidente Morales anunció nuevas elecciones y la conformación de un nuevo TSE.
Sin embargo, la decisión no logró calmar el panorama. Y horas después, el comandante general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, y el de la Policía Nacional, Vladimir Calderón, le exigieron al jefe de Estado que dimitiera, cosa que Morales hizo ese mismo día.
Después de la interrupción del orden democrático, Almagro declaró que "en Bolivia hubo un golpe de Estado cuando Evo Morales cometió fraude". No obstante, en el informe presentado este miércoles, la palabra "fraude" no aparece ni una vez.
Informe postergado
La semana pasada, Morales acusó a la Organización de Estados Americanos (OEA) de haber sacado un informe preliminar sobre las elecciones del pasado 20 de noviembre para "consolidar el golpe de Estado" ocurrido en ese país.
El exmandatario, quien se encuentra exiliado en México, remarcó en su cuenta de Twitter que el organismo internacional aún no había publicado la conclusión definitiva de la auditoría que realizó sobre los comicios, duplicando el plazo que tenían para entregarla.
La analista internacional y directora del medio digital Revista La Comuna, Carmen Parejo Rendón, sostiene que la OEA empezó a sembrar dudas el mismo día de los comicios, las expuso en su informe preliminar y hasta el día de hoy no ha aportado pruebas firmes del supuesto "fraude" en las elecciones del 20 de octubre en Bolivia.