El cerebro de los exploradores polares se redujo tras 14 meses en la Antártida
El aislamiento social prolongado y la monotonía ambiental podrían impedir la generación de nuevas neuronas y causar la reducción de algunas zonas del cerebro en los humanos, según un nuevo estudio.
Un informe publicado en la revista The New England Journal of Medicine revela los resultados del estudio efectuado en nueve miembros de una expedición antártica. Entre los cambios más reseñables que experimentaron los científicos polares destacan: la reducción del giro dentado del hipocampo, una de las pocas zonas cerebrales asociada con la neurogénesis adulta (nacimiento de nuevas neuronas) en muchos mamíferos; así como los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro, proteína vinculada al crecimiento nervioso.
El equipo científico liderado por Simone Kühn, del Instituto Max Planck de Desarrollo Humano en Berlín (Alemania) siguió los cambios que experimentaron cinco hombres y cuatro mujeres en el curso de su estancia de 14 meses de duración en la base polar alemana Neumayer III. Todos también fueron sometidos reiteradamente a pruebas de capacidad cognitiva. Los datos fueron comparados con un grupo de control de nueve personas que les correspondían en edad, sexo y volumen inicial del hipocampo.
Los investigadores establecieron que en los 14 meses el volumen del hipocampo cambió en todos los participantes. El grupo de control mostró un ligero crecimiento en promedio, mientras que los exploradores polares experimentaron una reducción. La zona del hipocampo que más sufrió fue el giro dentado, que se contrajo un 7,2%. Su reducción se correlacionó con un peor rendimiento en tests de atención selectiva y orientación espacial, pero no con otras capacidades cognitivas.
Las restantes zonas del hipocampo también disminuyeron pero los autores del estudio no consideron esos cambios como significativos.
Al cabo de tres meses en la Antártida, los exploradores mostraron una caída de casi la mitad de la concentración del factor neurotrófico derivado del cerebro, una proteína codificada por el gen BDNF y asociada al factor de crecimiento nervioso. Estos niveles no se empezaron a recuperar hasta un mes y medio después de su regreso de la Antártida.
Los investigadores indican que la vulnerabilidad del giro dentado a la privación ambiental en comparación con la de otras zonas del hipocampo es similar a los resultados de experimentos con animales, por lo que sugirieron un vínculo entre la neurogénesis del hipocampo, los cambios de conducta causados por el estrés y la privación ambiental.
Sin embargo, los autores del trabajo afirman que los datos obtenidos no son suficientes para concluir si el aislamiento social y la disminución de la materia gris afectaron de alguna forma a la salud y el comportamiento de los miembros de la expedición. Además, señalaron que el tamaño de la muestra del experimiento fue pequeño, pero creen que el estudio abre el campo a futuras investigaciones sobre otros factores que afecten al tamaño del hipocampo y las posibles formas de mitigarlos.
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