El cometa interestelar 2I/Borisov, descubierto el 30 de agosto por el astrónomo aficionado ruso Guennadi Borísov, alcanzó hoy su perihelio, es decir, el punto de su trayectoria más cercano al Sol, durante el cual ha pasado a una distancia de aproximadamente 300 millones de kilómetros de la estrella.
Durante el perihelio, el cometa, que consta de un núcleo y una cola débil y muy extendida y que, de acuerdo con algunas estimaciones, mide entre 2 y 16 kilómetros de diámetro, fue visible con la ayuda de telescopios pequeños.
Debido a la velocidad y la trayectoria detectadas del 2I/Borisov, los astrónomos creen que proviene de más allá de nuestro Sistema Solar. Los científicos indican que la superficie del cometa es de color ligeramente rojizo, similar al de los cometas de largo período de nuestro propio sistema.
En el momento de su acercamiento al Sol se estima que el cometa alcanzó una velocidad máxima de 44 kilómetros por segundo. Se prevé que el cometa se acercará a la Tierra el 28 de diciembre, para después alejarse del sistema solar.
Las últimas revisiones de imágenes espectrales del 2I/Borisov hicieron posible la primera detección de agua en ese cuerpo celeste. En octubre, investigadores estadounidenses publicaron una recopilación de imágenes de alta resolución en las que se pudo detectar que las eyecciones de gas del cometa están acompañadas de emisiones de oxígeno, lo que sería un marcador clave de la presencia de agua.
Los científicos consideran que el 2I/Borisov se formó en un sistema conocido como Kruger 60, situado en la constelación de Cefeo, y que fue expulsado al espacio interestelar como consecuencia de una cuasi colisión con un planeta. Es el segundo objeto interestelar descubierto en la historia.