Los militares rusos repartieron 2.000 raciones de alimentos en la ciudad siria de Raqa en la primera acción humanitaria llevada a cabo en la que fuera 'capital' del autoproclamado Estado Islámico durante casi tres años.
Con este fin y también para distribuir suministros médicos, el Centro de reconciliación de las partes beligerantes del Ejército Ruso envió este lunes a la urbe una columna de camiones y blindados.
Pese a que el bastión extremista fue tomado en 2017 por las Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas por Washington, las infraestructuras de la ciudad siguen estando en ruinas. El oficial del mencionado centro ruso, Vladímir Varnavski, señaló a los medios que aún no han terminado los trabajos de desminado en la zona, donde siguen escaseando el agua potable, los medicamentos y los alimentos.
La población civil regresa de forma gradual a sus casas, pero gran parte de la ciudad está totalmente destruida y su centro plagado de minas. En el lugar no solo se hallan artefactos explosivos colocados por los terroristas, sino también bombas áereas lanzadas por la coalición internacional encabezada por EE.UU.
"Estamos felices de que el Ejército de Rusia esté aquí", declaró un habitante de Raqa, Abu Bashar, a la agencia RIA Novosti. "Odiamos la guerra, que con su llegada casi ha terminado. Además, necesitamos comida, agua, pan. Tenemos muchos pobres, personas que no tienen para comer y necesitan desesperadamente ayuda, muchos enfermos necesitan medicamentos".
En un video difundido por los militares rusos se aprecian la llegada de esta primera columna con carga humanitaria a una ciudad con las calles cubiertas de polvo y barrios enteros derruidos, mientras decenas de niños salen a su paso para saludar a los integrantes del convoy.