18 años de despilfarro y mentiras: The Washington Post publica documentos confidenciales sobre la guerra de EE.UU. en Afganistán

Más de 2.000 páginas de documentos desvelan cómo tres Administraciones estadounidenses desinformaron a la sociedad sobre un conflicto que se había vuelto imposible de ganar.

Tras una batalla legal de tres años con el Gobierno estadounidense, The Washington Post ha obtenido y publicado en exclusiva miles de páginas de documentos sobre la guerra de Afganistán, que desvelan cómo a lo largo de 18 años y tres Administraciones, las autoridades de EE.UU. desinformaron a la sociedad sobre un conflicto que se había vuelto imposible de ganar, manipularon estadísticas e hicieron la vista gorda ante la corrupción generalizada entre los funcionarios afganos.

Los documentos son el resultado del proyecto federal 'Lecciones Aprendidas' del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés) —destinado a examinar las fallas en el conflicto armado más largo en la historia de EE.UU.— y fueron conseguidos por el medio gracias a la Ley de Libertad de Información. Se trata de más de 2.000 páginas de notas de entrevistas con más de 400 figuras involucradas directamente en la guerra, desde generales y diplomáticos hasta trabajadores humanitarios y funcionarios afganos.  

"Cada dato fue alterado"   

Estas revelaciones contradicen las declaraciones públicas de presidentes, comandantes militares y diplomáticos de EE.UU. que aseguraron año tras año a los estadounidenses que estaban avanzando y que valía la pena seguir luchando en Afganistán. En este sentido, varios de los entrevistados afirmaron que tanto en el cuartel general militar en Kabul como en la Casa Blanca era común distorsionar las estadísticas para hacer parecer que Washington estaba ganando la guerra cuando ese no era el caso.

"Cada punto de datos fue alterado para presentar la mejor imagen posible", señaló Bob Crowley, un coronel que se desempeñó en 2013 y 2014 como asesor de contrainsurgencia para los comandantes del Ejército estadounidense.

"¿Valía un billón?"

Por otro lado, los entrevistados reconocen que sus estrategias de lucha eran defectuosas y que Washington desperdició enormes sumas de dinero tratando de convertir Afganistán en una nación moderna, reducir la corrupción, construir un Ejército y una fuerza policial afgana competentes y combatir el comercio de opio en el país.

"¿Qué obtuvimos por ese esfuerzo de un billón de dólares? ¿Valía un billón?", se preguntó Jeffrey Eggers, miembro retirado de los Navy SEAL y oficial de la Casa Blanca en las Administraciones de George W. Bush y Barack Obama, que sugiere que Osama bin Laden "probablemente se estaba riendo en su tumba acuosa teniendo en cuenta cuánto hemos gastado en Afganistán".    

"Al pueblo estadounidense se le mintió constantemente"

"No tuvimos una comprensión fundamental de Afganistán; no sabíamos lo que estábamos haciendo", confesaba en una entrevista de 2015 Douglas Lute, un general de tres estrellas que sirvió como alto mando de la Casa Blanca en la guerra afgana durante las Administraciones de Bush y Obama. "Si el pueblo estadounidense supiera la magnitud de esta disfunción... 2.400 vidas perdidas", lamentaba.

Por su parte, el propio jefe del SIGAR, John Sopko, reconoció en declaraciones a The Washington Post que los documentos muestran que "al pueblo estadounidense se le mintió constantemente".  

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