Alberto Fernández asumió este martes la Presidencia de Argentina desde el Congreso de ese país sudamericano.
El dirigente peronista partió por la mañana desde sus oficinas del barrio de Puerto Madero, en la Ciudad de Buenos Aires, manejando su propio vehículo, con la ventanilla baja y saludando a sus seguidores. En el trayecto fue acompañado por miles de personas, y una gran multitud se concentró frente al Parlamento.
Como símbolo de conciliación política, Fernández ingresó a la sede del Poder Legislativo llevando a la vicepresidenta saliente, Gabriela Michetti, en su habitual silla de ruedas.
"Yo, Alberto Ángel Fernández, juro por Dios, la patria y los santos evangelios, desempeñar con patriotismo el cargo de presidente de la nación", pronunció el líder del Ejecutivo en su primer día al mando del país. Aquella típica frase también fue pronunciada por la flamante vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
La juramentación fue respondida por los legisladores aliados con cánticos típicos de la militancia peronista, que celebraron efusivos. El Congreso argentino estaba plagado de gritos, y constantes interrupciones. Luego, se procedió al habitual traspaso de la banda presidencial, en manos del expresidente Mauricio Macri. Ambos se abrazaron, y Fernández le agradeció por esa muestra de afecto.
Primer discurso
En sus primeras palabras frente al Parlamento local, Fernández destacó la importancia de haber terminado la dictadura: "Reivindico mi compromiso democrático, y la convivencia de los argentinos más allá de sus diferencias", manifestó.
A su vez, prometió "convocar a la unidad de toda la Argentina, en pos de la construcción de un nuevo contrato ciudadano, fraterno y solidario". En sintonía, priorizó: "Es tiempo de llegar a los últimos, y luego a todos, con justicia social". Al respecto, remarcó que "más de 15 millones de personas sufren inseguridad alimentaria". Y añadió que el primer objetivo será impulsar el plan Argentina Contra el Hambre: "Uno de cada dos niños es pobre, y sin pan, no hay presente ni futuro".
- Emergencia sanitaria
Al mismo tiempo, el nuevo presidente señaló que la cartera de Salud volverá a tener el rango de Ministerio, porque durante el macrismo se redujo a una Secretaría. Además, confirmó que declarará "la emergencia sanitaria", para garantizar el derecho de la atención médica para toda la población.
"Argentina quiere pagar su deuda, pero hoy no puede hacerlo"
Asimismo, reiteró que habrá "un Estado presente", para favorecer el aparato productivo nacional, con financiamientos a tasas bajas. En esa línea, también anunció beneficios para los sectores de la economía popular. Por otro lado, criticó las medidas económicas del Gobierno de Macri, y planteó la necesidad de revertir la crisis, "con solidaridad en la emergencia". Además, adelantó que el Frente de Todos no le dará tratamiento Parlamentario al proyecto de presupuesto presentado por el macrismo.
"Debemos terminar con la carga de la deuda. El Gobierno que termina su mandato deja al país en una situación de virtual 'default'", advirtió Fernández. "Recibimos un país frágil", consideró. Sobre los compromisos financieros que la Administración de Macri asumió con el Fondo Monetario Internacional, subrayó: "Para poder pagar, hay que crecer primero. Buscaremos una relación constructiva con el FMI y sus acreedores. El país quiere pagar, pero ahora carece de capacidad para hacerlo".
"Nunca más una Justicia contaminada"
Fernández es abogado, e hizo fuerte hincapié en la "persecución judicial con cierta complacencia mediática", que incluyó "detenciones arbitrarias" contra adversarios políticos, inducidas —según su visión— por la clase gobernante. "Un conocido penalista decía que si la política entra a los Tribunales, la Justicia sale por la ventana", manifestó.
Desde su óptica, el Gobierno anterior utilizó parte del Poder Judicial para perseguir a líderes opositores. Así, parafraseando típicos dichos contra la dictadura de 1976, expresó: "Nunca más una Justicia extorsiva, contaminada por los servicios de inteligencia".
"Ni una menos debe ser la bandera de toda la sociedad"
En su discurso, también le dedicó algunos momentos a la vulnerable situación de muchas mujeres en Argentina, país con un elevado índice de femicidios: "Ni una menos debe ser la bandera de toda la sociedad". A su vez, prometió llevar adelante medidas institucionales para proteger a este colectivo social, protagonista de grandes movilizaciones contra la violencia machista en los últimos años.
Al respecto, prometió mejorar sus condiciones laborales, y destacó que la mayoría de las tareas domésticas suelen recaer en el sexo femenino.
"Apostar por la grieta, sería saltar al abismo"
Por otro lado, Alberto hizo fuerte hincapié en la reconciliación que necesita ese país del Cono Sur: "Tenemos que superar el muro del rencor y del odio entre los argentinos", sostuvo. Así, señaló que el muro más importante "es el del hambre, que deja a millones de hombres y mujeres afuera".
Sobre la división ideológica que atraviesa gran parte de la ciudadanía, planteó: "No quiero que mis palabras sean un monólogo, quiero que sean una reflexión profunda. Tenemos que suturar varias heridas en nuestra patria. Apostar por la grieta, sería lo mismo que saltar al abismo". En sintonía, sumó: "Quiero aprender de mis errores, y no pararme en un pedestal, porque toda verdad es relativa".
El camino a la Casa Rosada, junto a una multitud
Cientos de miles de personas acompañaron la llegada de Fernández a la casa de Gobierno, y en algunos tramos se dificultaba su traslado vehicular por la gran cantidad de gente. Así, con banderas argentinas y de distintas organizaciones, cánticos y mucha efusividad, una inmensa movilización siguió al líder argentino hasta la Casa Rosada, en la capital.
Durante el trayecto, las fuerzas de seguridad hacían un gran esfuerzo por correr a los manifestantes y abrirle el paso al presidente, quien saludaba a sus seguidores con alegría. Con ese marco, está prevista una jornada de festejos en Plaza de Mayo, plagada de conciertos musicales.