Un grupo de científicos ha descubierto en el desierto de Atacama (Chile) una biocenosis única que existe gracias a la humedad de la niebla y que fotosintetiza usando menos de la mitad del agua que necesitan otras costras biológicas del suelo en los desiertos del mundo.
La biocenosis, encontrada a unos 2,5 kilómetros de la costa del Pacífico, en el parque nacional Pan de Azúcar, se compone de líquenes, hongos, algas y cianobacterias que recubren pequeñas piedras, y extraen la humedad de la niebla costera que se extiende cada día por algunas áreas del desierto no polar más seco de la Tierra.
Durante los experimentos de laboratorio, los investigadores detectaron que la actividad fotosintética de los componentes de esta biocenosis alcanzó su punto máximo con solo 0,25 milímetros de agua, equivalente a 250 mililitros de agua por un metro cuadrado de corteza arenosa. Por contra, las costras en el desierto de Sonora en México y el suroeste de EE.UU. son más activos fotosintéticamente cuando están saturados con entre 0,5 y 1 milímetro de agua.
Los científicos explican que, en una parte considerable del desierto costero de Atacama, esta costra biológica protege el suelo de la erosión y contribuye a la acumulación de carbono y nitrógeno, así como a la formación del suelo a través de la meteorización biológica.
El estudio, publicado en la revista Geobiology, concluye que este tipo de costras criptogámicas podrían existir en todos los desiertos de niebla no polares del mundo, y que pueden parecerse a las comunidades que dieron forma a la antigua Tierra. De esta forma, podrían desempeñar un papel relevante en el ciclo biogeoquímico actual y antiguo, señalan los autores de la investigación.
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