WikiLeaks ha publicado nuevos documentos sobre el informe de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que denuncia un supuesto ataque químico en la ciudad siria de Duma en abril de 2018.
Los recientes archivos se suman a la serie de pruebas que apuntan a la tergiversación de la información por parte de la organización. El portal sugirió este sábado que los autores del reporte no trabajaban realmente en el país árabe.
La afirmación se basa en el memorando de uno de los científicos enviados al lugar del presunto ataque como parte de la Misión de Investigación de la OPAQ (FFM, por sus siglas en inglés), dirigido al director general del organismo internacional, Fernando Arias, con fecha del 14 de marzo de 2019.
El investigador explica que "el informe de la FFM no refleja los puntos de vista de los miembros del equipo que se desplegaron en Duma", y deja sentado que alrededor de 20 inspectores han expresado su preocupación por la versión final del informe de la OPAQ.
Asimismo, se menciona que solo un miembro del llamado "equipo central de la FMM" estuvo en Duma y se trata de un paramédico. WikiLeaks explica que "además de esa persona, se reunió un equipo completamente nuevo para armar el informe final", y de ese modo fue redactado por gente que "solo había operado en el país X", según el memorando.
Si bien, no está claro a qué país se refiere el científico, se presume que el término fue utilizado para referirse a cualquier nación que no es Siria. El autor de la misiva también denuncia que los especialistas enviados al territorio fueron excluidos gradualmente de la investigación "por razones no aclaradas".
Los cilindros con gas
Los documentos publicados por WikiLeaks ponen de relieve algunas diferencias entre el informe provisional original y las versiones posteriores, incluido el documento final. Una de ellas tiene que ver con el origen de los cilindros que, supuestamente, se usaron para arrojar cloro. Washington y sus aliados sostienen que estos cilindros fueron arrojados desde el aire, lo que apuntaría a la autoría de Damasco.
Sin embargo, el informe provisional original establecía que no había pruebas sólidas para apoyar esta teoría. De hecho, una investigación posterior realizada por Ian Henderson —veterano inspector de la OPAQ e ingeniero químico especialista con experiencia militar— concluyó que era más probable que los cilindros "fueran colocados manualmente", en lugar de ser lanzados desde un avión.
Henderson intentó incluir su investigación en el informe final, pero cuando quedó claro que sería excluida, quiso archivar el análisis en un registro seguro. Sin embargo, un alto funcionario de la OPAQ, supuestamente, ordenó a sus subordinados que "eliminaran todos los rastros" de los hallazgos del archivo, recoge Mail on Sunday.
"Sesgo intencional"
En noviembre, WikiLeaks publicó un correo electrónico, emitido por un miembro de la misión de la OPAQ a sus superiores en Siria, en el que expresó su preocupación por el "sesgo intencional" en la última versión del informe en cuestión, del que fue coautor.
Según el funcionario, se tergiversaron los hechos que él y sus colegas descubrieron en el terreno y "se han transformado en algo muy diferente a lo que se redactó originalmente".
Bombardeo posterior
El 14 de abril de 2018, EE.UU., Francia y Reino Unido realizaron un ataque con misiles de crucero contra el territorio de Siria como represalia por un supuesto ataque químico que el Gobierno de Bashar al Assad habría perpetrado en Duma una semana antes.
El analista internacional Rolando Dromundo sugiere buscar "fuentes más acertadas" sobre los presuntos ataques químicos, pero admite que en el caso de Duma hubiera sido complicado, ya que "lo que se buscaba era justificar una intervención militar" por parte de los países occidentales.