Mario Sandoval, de 65 años, fue arrestado el pasado miércoles en su casa cerca de París después de que la Justicia europea diera el visto bueno final para su extradición. Las autoridades argentinas sospechan que el exagente participó en más de 500 casos de secuestros, torturas y asesinatos.
El arribo del acusado, trasladado este domingo en un avión de la aerolínea Air France, estaba estipulado para las 9:50 (hora argentina) del lunes en el aeropuerto internacional de Ezeiza, Provincia de Buenos Aires.
Así, tras su llegada al territorio sudamericano, el implicado en delitos de lesa humanidad —que no prescriben— será sometido a un juzgamiento por la desaparición del estudiante Hernán Abriata, en octubre de 1976, a pocos meses de haber comenzado la última dictadura militar. En concreto, se cree que el antiguo uniformado encabezó un grupo de la Policía Federal que perpetró el secuestro de aquel estudiante de arquitectura y militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP).
Por su parte, el presunto criminal se había mudado a Francia en 1985 —en 1983 Argentina retomó la democracia—, y obtuvo la nacionalidad en 1997. Ahora, Sandoval deberá responder ante la Justicia local tras varios años de peticiones de extradición: la solicitud inicial se realizó en 2012.
Recientemente, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos levantó el último obstáculo para que el aparente represor sea juzgado en el país latinoamericano. Por otro lado, según la legislación francesa, correspondía proceder al traslado del acusado porque la víctima nunca apareció, entonces el crimen se considera "continuo" y tampoco prescribe en esa nación europea.
Según el testimonio de otro joven secuestrado durante el Gobierno de facto en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), usada como un centro clandestino de detención, Abriata habría sufrido torturas y fue visto por última vez entre el 4 y 5 de enero de 1977, cuando fue trasladado a un destino que todavía se desconoce.