Observan indicios de bienestar en la primera tumba familiar fenicia hallada en Israel
Una insólita tumba de tres miembros de una misma familia puso de relieve el bienestar de algunos fenicios en la época previa a la invasión asiria de la costa Este del Mediterráneo, hace aproximadamente 2.800 años. El periódico Haaretz recogió este martes diversos datos arqueológicos sobre ese entierro, localizado en el noroeste extremo de Israel, cerca de la frontera libanesa, en la antigua ciudad portuaria de Aczib.
La sepultura en forma de cista, bastante típica en la región, estaba recubierta por dentro con losas de piedra. Sin embargo, los cuerpos de un hombre y una mujer aparecieron colocados en el fondo de una manera muy distinta a como lo hacían los egipcios y otros pueblos contiguos: se encontraban en posición fetal.
Entre los dos se hallaban los huesos de un niño de entre tres y cinco años, pero amontonados de tal manera que no se podía reconstruir la posición fúnebre original. Lo más destacado de este pequeño era que lo enterraron con un collar de cuentas preciosas de oro, plata, ágata, ámbar y cornalina.
Otros objetos encontrados en la tumba son un cuenco de bronce y siete vasos decorados, que permanecieron intactos. Los arqueólogos estimaron que la calidad del collar y la elaborada decoración de los vasos indican el bienestar de que gozaba la familia, a la que consideraron de la clase alta urbana.
Aunque se han descubierto otras tumbas de este tipo en Aczib a lo largo de décadas, nunca antes se había visto un grupo familiar entero. La tumba fue hallada en el 2017, durante una expedición conjunta de arqueólogos del Colegio de la Unión Hebrea (Jerusalén) y la Universidad Lumière de Lyon (Francia), y ha sido investigada desde entonces.
Aczib fue durante la Edad de Bronce y la Edad de Hierro un importante centro de los comerciantes marineros fenicios, que fundaron varias ciudades-Estado en un tramo de la costa comprendido entre la actual Beirut y Haifa. La población desempeñó un papel clave en la difusión de la escritura por la cuenca del Mediterráneo.
La ciudad fue arrasada y reconstruida varias veces. Además, se le menciona en la Biblia como parte del territorio asignado a la tribu de Aser (uno de los pueblos cananeos), del que se sabe que los israelíes no pudieron conquistar su ciudad principal, Tiro, durante un conflicto.