Ayunar de vez en cuando prolonga la vida
Ayunar de forma intermitente no es solo una mera forma de perder peso, indican los autores de un artículo publicado este jueves en la revista académica The New England Journal of Medicine.
Según Mark Mattson, neurocientífico de la Universidad Johns Hopkins (Maryland) que encabeza la investigación, esta dieta lleva asociados beneficios potenciales, como la mejora de la resistencia al estrés y la reducción de la incidencia de una gran variedad de enfermedades, lo que potencialmente podría mejorar la longevidad.
El punto clave de esta dieta es el denominado cambio metabólico. Durante el ayuno, en vez de glucosa nuestro cuerpo utiliza como fuente de energía la grasa, que se convierte en compuestos llamados cetonas, que se quema con más eficacia que el 'combustible' a base de azúcar.
"Un punto de transición"
Existen dos variantes principales de ayuno intermitente: comer diariamente en una ventana de entre seis y ocho horas, absteniéndose luego de comer durante 16-18 horas; o ayunar dos días a la semana, limitando las calorías a 500.
Mattson, que ha estudiado los efectos del ayuno intermitente durante los últimos 25 años —20 de los cuales se la aplicó a sí mismo— señala que el hambre y la irritabilidad, si bien son comunes en la etapa inicial, "por lo general pasan después de dos semanas".
El científico afirma que diferentes estudios demuestran que una dieta como esta tiene un impacto positivo en la salud cardiovascular, el rendimiento físico, los síntomas de la diabetes y la obesidad, así como en la recuperación de tejidos. Una investigación también demostró síntomas de mejora del rendimiento cognitivo.
"Estamos en un punto de transición en el que pronto podríamos considerar agregar información sobre el ayuno intermitente a los planes de estudio de escuelas de medicina junto con consejos estándar sobre dietas saludables y ejercicio", dijo Mattson, citado en el sitio de la Universidad Johns Hopkins.
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