El canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, ha arremetido contra el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, en un tuit publicado este sábado. "Hace 24 horas un payaso arrogante, que se hace pasar por un diplomático, afirmó que la gente estaba bailando en las calles de Irak. Hoy, cientos de miles de nuestros orgullosos hermanos y hermanas iraquíes le han dado su respuesta en todo su territorio [nacional]", ha escrito Zarif.
Su tuit ha estado acompañado de varias fotos que muestran a numerosas personas sosteniendo banderas iraníes que han salido a las calles en rechazo a la muerte del general Qassem Soleimani en un ataque perpetrado por EE.UU. en Bagdad bajo la dirección del presidente Donald Trump.
"Ha comenzado el fin de la maligna presencia de EE.UU. en la Asia Occidental", ha concluido.
El jefe de la Diplomacia iraní se ha referido de esta manera al tuit de Pompeo publicado poco después del citado ataque realizado por Washington, que se ha cobrado la vida de Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds —una unidad de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica—, y de Abu Mahdi al-Muhandis, el jefe de la milicia iraquí Kataib Hezbolá.
"Iraquíes bailando en la calle por la libertad, agradecidos de que el general Soleimani ya no esté", rezaba la publicación de Pompeo, acompañada de un video en donde decenas de personas corren por una calle, algunas de ellas llevando sobre sus hombros una enorme bandera iraquí.
Nuevos ataques en Irak
El tuit de Zarif ha sido publicado mientras que ha trascendido que varios misiles impactaron este sábado en la Zona Verde y el área de Jadriya en Bagdad, así como en la base aérea Balad en la provincia iraquí de Salahuddin. De acuerdo con las informaciones preliminares, nadie ha fallecido en esos ataques, mientras que los reportes sobre personas heridas son más contradictorios: algunos indican que no hubo heridos mientras que otros elevan su cifra a cinco.
Además, mientras se desarrolla esta situación, desde Kataib Hezbolá han advertido a los militares iraquíes que se alejen de las bases estadounidenses a una distancia no menor de 1.000 metros a partir de este domingo por la noche.
"Los líderes de las Fuerzas de Seguridad no deben permitir que sus combatientes sean un escudo humano para los invasores", ha subrayado un comandante de las Operaciones Especiales de la milicia.