Con el asesinato del general iraní Qassem Soleimani, el pasado jueves, el presidente estadounidense Donald Trump buscaba romper la influencia de Teherán en el Medio Oriente. Sin embargo, analistas políticos remarcan que esa operación en realidad amplió las filas de la red de "resistencia", como lo muestra información recogida por AFP.
El Pentágono confirmó la autoría del ataque aereo que tuvo lugar cerca del aeropuerto internacional de la capital iraquí y provocó el incendio de dos vehículos, y que tenía como objetivo a Soleimani.
"El ataque unificó a las fuerzas de resistencia e hizo de la lucha contra EE.UU. una prioridad", dijo Qassem Qassir, un experto libanés en movimientos islámicos, quien además explicó que el asesinato fue un "error estratégico" porque la respuesta correspondiente se producirá en toda la región y no solo en Irak.
Como jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Soleimani fue una figura clave en la dirección de las acciones militares de Irán en Oriente Medio. En particular, supervisó las intervenciones de Teherán en las luchas de poder regionales, desde el Líbano e Irak hasta Siria y Yemen.
Respuestas en el Medio Oriente
- Kataeb Hezbolá, organización oficialmente llamada Movimiento de Resistencia Islámica de Irak, manifestó que el ataque representa "el comienzo del fin de la presencia de EE.UU. en el Medio Oriente" y ha asegurado un resurgimiento político y popular.
- Muqtada al-Sadr, clérigo chií y uno de los políticos iraquíes más influyentes –a pesar de que nunca ha ostentado un cargo en el gobierno–, reactivó rápidamente su ejército Mahdi, milicia que luchó contra las tropas estadounidenses después de la invasión de Irak en 2003. "Las facciones iraquíes de la resistencia deben celebrar una reunión inmediata para formar los Regimientos de Resistencia Internacional", escribió en Twitter, e instó a sus combatientes a que "estén listos".
- Qais al-Khazali, un líder paramilitar y rival de Al-Sadr, amenazó a las tropas estadounidenses, que han estado en territorio iraquí desde 2014 como parte de la coalición global que lucha contra el grupo EI.
Por su parte, Hassan Nasrallah, actual secretario general del partido político y paramilitar libanés chií Hezbolá, afirmó que el asesinato de Soleimani "no es un problema iraní. Se refiere al eje de la resistencia, al mundo musulmán".
Mientras tanto, los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen pidieron "represalias directas y rápidas" al ataque.
El movimiento palestino Hamas lo condenó como un "alboroto estadounidense", y su jefe Ismail Haniya viajó a Teherán para el funeral de Soleimani.
Karim Bitar, analista del Instituto de Asuntos Internacionales y Estratégicos, con sede en París, consideró que los aliados de Irán en la región dejarán de lado sus objetivos económicos o políticos para priorizar la "situación de seguridad de emergencia" provocada por la muerte de Soleimani.
"Muy pronto, esta decisión de Donald Trump será vista como contraproducente", predijo Bitar.