La investidura del socialista Pedro Sánchez, refrendada este martes por el Congreso de los Diputados, pone fin a un largo periodo de bloqueo político en España, país que se prepara ya para una experiencia política inédita en su historia: la conformación de un gobierno de coalición.
Tras una negociación larga y accidentada, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la formación Unidas Podemos, liderada por Pablo Iglesias, lograron alcanzar un acuerdo de coalición que, con el apoyo de una mayoría parlamentaria muy ajustada, les permitirá gobernar durante la próxima legislatura.
Este Ejecutivo, que se presenta como decididamente progresista, tendrá que dirigir el país en un momento político y social especialmente convulso, en el que una marcada polarización ideológica podría complicar problemas ya de por sí tan graves como la crisis territorial catalana o los augurios de una inminente recesión económica. Frente a una oposición conservadora, entre la que hay 52 diputados de ultraderecha y que ya ha demostrado un enconamiento feroz durante los primeros compases de la legislatura, el Ejecutivo encabezado por Sanchez e Iglesias enfrenta una andadura previsiblemente difícil, que empieza esta misma semana.
A continuación, repasamos las características de este Gobierno en su punto de partida, por lo que tiene de peculiar, de histórico en cierto sentido, y de curioso.
1. Es el primer Gobierno de coalición en la democracia española
El escenario político español estrena en esta legislatura una modalidad de gobierno relativamente frecuente en los sistemas parlamentarios europeos, pero inédito hasta ahora en España: el gobierno de coalición, es decir, un Ejecutivo formado por miembros de más de un partido.
En este caso, se trata de un gobierno del PSOE y de Unidas Podemos, en el que los de Pablo Iglesias contarán, previsiblemente, con una vicepresidencia y cuatro ministerios.
El camino hasta esta situación no ha sido sencillo. Ha sido, de hecho, tan complicado que hubo momentos en que pareció del todo imposible, merced a las negativas rotundas que llegó a expresar Pedro Sánchez al respecto. Es más: la falta de entendimiento en este sentido prolongó el bloqueo político del país hasta tal punto que fue necesario repetir las elecciones.
Con todo, la coalición ya es una realidad, y supone la más inmediata peculiaridad histórica de este Gobierno, pero no la única.
2. Pedro Sánchez ha sido investido con la votación más ajustada de la democracia en el parlamento más fragmentado de su historia
En un reflejo inequívoco de la mencionada polarización ideológica que sufre España, la investidura de Sánchez salió adelante por sólo dos votos (167 'síes' frente a 165 'noes'), y gracias a las polémicas abstenciones de los grupos parlamentarios independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu, sin las cuales hubiera fracasado la candidatura socialista.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que los partidos que forman la coalición de Gobierno suman solamente 155 escaños entre ambos (lejos de los 176 que supondrían la mayoría en la Cámara), es fácil suponer que el trabajo de pactar las propuestas con el resto de grupos parlamentarios va a ser una tarea compleja y constante en la próxima legislatura.
Y es que los resultados electorales del pasado 10 de noviembre abrieron un capítulo insólito en la historia parlamentaria de España: nada menos que 17 formaciones políticas se reparten los codiciados asientos de la Cámara Baja, en lo que es el parlamento más fragmentado de la Europa actual y de la historia de España.
En este nuevo reparto de escaños, destaca la gran cantidad de fuerzas regionalistas y nacionalistas presentes. Los intereses territoriales de Cataluña, el País Vasco, las Islas Canarias, Cantabria, Galicia o Teruel están representados por varias formaciones que convivirán en el hemiciclo con las cinco fuerzas de ámbito nacional (PSOE, PP, Podemos, Vox y Ciudadanos). De entre estas últimas, las más situadas a la derecha defienden un planteamiento de Estado centralista, en el que la unidad territorial de España es un valuarte fundamental, que con el recrudecimiento de la crisis catalana ha ocupado un lugar esencial en su discurso. El aspecto más extremo de este planteamiento lo constituye el partido ultraderechista Vox, entre cuyos fundamentos figura incluso su oposición al Estado de las Autonomías, que directamente proponen abolir.
Por parte de los partidos regionales, los planteamientos son algo más diversos, y componen un espectro que va desde las fuerzas meramente regionalistas, cuyos intereses no entran en conflicto con la unidad territorial de España (como Teruel Existe o el Partido Regionalista Cántabro), hasta nacionalismos abiertamente independentistas como los de los vascos EH Bildu o los catalanes ERC, Junts per Catalunya o la CUP.
3. Por primera vez en más de 80 años, habrá ministros a la izquierda del PSOE
Desde el final de la dictadura franquista (1939-1975) y tras la llamada 'Transición democrática' inmediatamente posterior, la política española se ha caracterizado fundamentalmente por el bipartidismo, materializado en una alternancia de Gobiernos del Partido Popular (PP) y del PSOE.
En ese periodo, que abarca más de cuatro décadas, han existido varios partidos situados a la izquierda del PSOE, como el Partido Comunista de España (PCE) o Izquierda Unida (IU), pero ninguno de ellos ha llegado al poder.
Podemos, que nació como un proyecto político transversal, aspiraba a representar a una parte de la ciudadanía descontenta con las limitaciones y la corrupción inherentes al sistema bipartidista español –heredero directo de la Transición–, y a mantenerse al margen de la vieja dicotomía entre la izquierda y la derecha, a la que consideraban caduca. Sin embargo, el partido liderado por Pablo Iglesias acabó asumiendo una posición de poder en el espectro de la izquierda y convirtiéndose en una de sus referencias fundamentales.
La formación Unidas Podemos es una coalición entre Izquierda Unida y Podemos, que ha logrado concitar una parte considerable del voto español proveniente de un sector ideológico situado a la izquierda del PSOE. Esta fuerza contará, gracias a la coalición con los socialistas, con representación en el gabinete de ministros: Pablo Iglesias, el líder de la formación, ocupará la Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030; Irene Montero será ministra de Igualdad; Yolanda Díaz será ministra de Trabajo; Manuel Castells, ministro de Universidades; y Alberto Garzón, ministro de Consumo.
Para encontrar una representación tan izquierdista en las instituciones del poder ejecutivo en España hay que remontarse a los sucesivos gobiernos de la Segunda República (1931-1939), en los que confluyeron fuerzas como el Partido Comunista de España (PCE), Izquierda Republicana o la propia Esquerra Republicana de Catalunya.
David Romero
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