El presidente Donald Trump utilizó el asesinato del general iraní Qassem Soleimani como tema de su campaña de reelección, y señaló que su muerte salvó vidas e impartió "justicia estadounidense". Este primer mitin tuvo lugar la ciudad de Toledo, Ohio, donde el mandatario también rechazó las críticas de los demócratas que habían cuestionado su decisión llevar a cabo el operativo militar, informa Reuters.
Durante el discurso ante sus simpatizantes, Trump acusó al difunto general iraní de organizar protestas violentas con grupos respaldados por Teherán para atacar la Embajada de EE.UU. en Bagdad.
"La semana pasada, Estados Unidos tomó una vez más una acción audaz y decisiva para salvar vidas estadounidenses e impartir justicia estadounidense", afirmó.
Críticas de los demócratas
El mandatario junto con sus asesores ha sostenido la versión de que Soleimani estaba ideando ataques "inminentes" contra objetivos estadounidenses en Oriente Medio. Sin embargo, ha sido criticado por no proporcionar más detalles para respaldar ese argumento.
El inquilino de la casa Blanca también aprovechó la oportunidad para burlarse de los líderes demócratas por cuestionar su decisión de llevar a cabo el ataque sin haber consultado primero al Congreso, recoge AP.
"Quieren que les digamos [los planes de ataque] para que puedan filtrarlos a sus amigos en los medios corruptos", señalo Trump.
Las declaraciones del mandatario llegan poco después de que la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobara una resolución que limita el poder militar del mandatario para emprender acciones contra Irán.
Espiral de tensiones
La situación en la región se ha vuelto tensa desde que la semana pasada un ataque aéreo lanzado por el Pentágono en Bagdad acabara con la vida de 12 personas, entre ellas el general Qassem Soleimani y el líder de Kataib Hezbolá y de las Fuerzas de Movilización Popular, Abu Mahdi al Muhandis.
En respuesta, Irán atacó con misiles balísticos de corto alcance dos bases aéreas iraquíes que albergan tropas estadounidenses.
A pesar de las tensiones, el Ejecutivo ha señalado que no tiene planes de tomar más medidas militares contra Irán, y que en cambio aplicará más sanciones económicas contra la República Islámica.