Este viernes, miles de estudiantes chilenos manifestaron en contra de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), el examen único de admisión a las universidades, por considerar que profundiza la discriminación dentro del sistema educativo.
Desde tempranas horas, en Santiago de Chile, un potente operativo de seguridad colmó la llamada Plaza de la Dignidad, punto de encuentro de los jóvenes en las protestas que se vienen cumpliendo desde el año pasado.
No obstante, los descontentos lograron burlar el cerco y avanzaron con banderas, pancartas y cantos alusivos a la revuelta social que, el próximo 18 de enero, cumplirá tres meses.
Los jóvenes, que también exigen una nueva Constitución y mejoras sociales para reducir las profundas desigualdades existentes en el país, fueron brutalmente reprimidos y acusaron a las fuerzas policiales de poner "sustancias químicas" en los camiones lanzaagua que se utilizan durante las manifestaciones para tratar de dispersarlos.
En concreto, sus voceros aseguraron que decenas de manifestantes tuvieron que ser atendidos en los centros de salud cercanos, tras presentar quemaduras en la piel y vómitos.
En esta oportunidad, las manifestaciones dieron pie a la filtración, a través de redes sociales, de uno de los formularios de la prueba de Ciencias Sociales del PSU, lo que llevó a las autoridades a suspender su aplicación a los casi 300.000 estudiantes que debían tomarla.