La Policía encontró muerto este jueves en Lisboa (Portugal) a Nuno Ribeiro da Cunha, quien desde el banco Eurobic administraba las cuentas de Isabel dos Santos, hija del expresidente angoleño José Eduardo dos Santos, informa AFP.
Se cree que Da Cunha, de 45 años, se suicidó ahorcándose en su garaje, según lo detalló un portavoz policial a la agencia francesa.
Ambos, Da Cunha y la hija del que fuera presidente de Angola de 1976 a 2017, se cuentan entre los cinco sospechosos de un caso de fraude, desvío de fondos públicos y blanqueo de dinero en ese país africano. Bautizado como 'Luanda Leaks', el caso fue destapado el pasado domingo por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
La mujer más rica de África
Asimismo, Dos Santos está acusada también de tráfico de influencias, abuso de bienes sociales y falsificación de documentos en conjunto con el grupo petrolero público Sonangol, por lo que la justicia angoleña la busca desde hace varias semanas.
No obstante, la principal accionista de Eurobic, a quien se considera la mujer más rica de África, rechaza las acusaciones en su contra, que tilda de "engañosas y falsas", al mismo tiempo que asegura que está "lista para combatir" esta "caza de brujas" que —afirma— tiene el objetivo de manchar la reputación de su familia.
Por otro lado, Mario Leite da Silva, director del Banco de Fomento de Angola —uno de los más importantes del país africano—, renunció este lunes tras ser mencionado en el caso del que está acusada Dos Santos. Da Silva es uno de los cinco implicados en dicho escándalo económico, y es considerado como un "alto consejero financiero".
"Transferencias irregulares de dinero"
Dos Santos, que no descarta presentarse como candidata a las elecciones presidenciales de Angola en 2022, fue la presidenta de Sonangol entre junio de 2016 y noviembre de 2017. Tras abandonar ese cargo, su sucesor, Carlos Saturnino, denunció "transferencias irregulares de dinero". También estuvo al frente de otras empresas públicas del país africano, en sectores como la minería y las telecomunicaciones, además de invertir en distintos bancos portugueses.
La Justicia angoleña acusa a Dos Santos de haber utilizado el apoyo de su padre para obtener fondos estatales e invertirlos en el extranjero, así como de desviar cientos de millones de dólares a cuentas personales en paraísos fiscales.
Tras la dimisión de su progenitor como presidente de Angola, en 2017, la hija abandonó su país natal, y ahora vive entre Londres y Dubái. Por ello, el fiscal general Pitta Gross aseguró que activará todos los mecanismos internacionales necesarios para que Dos Santos vuelva al país africano y rinda cuentas ante la justicia.
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