Una unidad de flagelación femenina ha sido introducida en la provincia indonesia de Aceh, para repartir azotes públicos a las mujeres que violen la Sharía en la región.
Una de las ocho nuevas integrantes del escuadrón fue fotografiada y grabada en video mientras proporcionaba su primer castigo a una mujer soltera, que fue sorprendida en una habitación de hotel con un hombre, informó este martes AFP.
Este comportamiento se considera un delito moral en la provincia y es castigado con azotes públicos, proporcionados con un bastón de ratán. Aceh es la única región en esa nación, de mayoría musulmana, que impone la Sharía, la ley islámica.
"Buen trabajo"
La flageladora, cuya cara y cuerpo están totalmente cubiertos por un burka, proporcionó una serie de latigazos a la víctima, arrodillada en el suelo y vestida con un burka blanco. El lugar donde se imparte el castigo es vigilado por hombres uniformados, uno de cuales parece ser un médico.
"Creo que hizo un buen trabajo. Su técnica fue buena", dijo el investigador jefe de la Policía que vela por el cumplimiento de la ley islámica.
Hasta ahora ese trabajo siempre había sido realizado por hombres, pero según expertos el número de mujeres que cometen crímenes morales, como muestras de afecto en público o sexo prematrimonial, se está incrementando. De ese modo tratan de seguir la ley islámica en la región, que exige que las mujeres sean castigadas por mujeres, práctica que se lleva a cabo en Malasia.
En Aceh, la ley religiosa se implementa como parte de un acuerdo de autonomía del 2005 pactado con el Gobierno central y aunque el presidente de Indonesia ha hecho un llamamiento a suprimir los azotes públicos, en dicha región conservadora siguen siendo un castigo común para ciertas infracciones, que incluyen juegos de azar, adulterio, consumo de alcohol y relaciones sexuales homosexuales o prematrimoniales.
Según Safriadi, quien dirige la Unidad de Implementación de la Sharía de la capital provincial, Banda Aceh, no fue fácil convencer a las mujeres para que se integraran en dicha unidad y el primer escuadrón femenino tardó años en formarse. En total ocho mujeres, todas oficiales de la Sharía, aceptaron el cargo y fueron entrenadas para el trabajo.
Formación
"Las entrenamos para asegurarnos de que estén en buena forma física y les enseñamos cómo hacer un latigazo adecuado", dijo investigador jefe.
"Pero el secreto para cualquier azote es superar el obstáculo mental de azotar a los conciudadanos. Es una especie de adoctrinamiento que les damos para que comprendan mejor su función. Que no tengan piedad de quienes violan la ley de Dios", agregó.
Como aseguran los funcionarios de Aceh, el castigo disuade el crimen y las patrullas religiosas se dedican a rastrear lugares públicos o atender a los avisos para monitorear el comportamiento de los ciudadanos.
"No pretendemos lastimar a las personas azotándolas", dijo Safriadi. "Lo más importante es el efecto vergonzoso en los infractores y espectadores para que no lo vuelvan a hacer".
En Aceh, donde viven unos 5 millones de personas, anteriormente incluso se llegó a plantear la decapitación por delitos graves, pero el Gobierno central lo descartó.