El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, han mostrado preocupación por la escalada de tensiones en la zona de Idlib, en el noroeste de Siria, donde la brusca reanudación de los ataques de grupos terroristas ha dejado muchas víctimas entre la población civil.
En una conversación telefónica de este martes, los mandatarios han recalcado la necesidad de seguir los acuerdos bilaterales sobre Idlib que prevén el incremento de esfuerzos conjuntos para acabar con los extremistas, y han acordado tomar medidas urgentes a nivel de los Ministerios de Defensa para aumentar la eficiencia de la coordinación de sus acciones en Siria, recoge el Kremlin.