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La tortuga que 'asomó la cabeza' tras sobrevivir al meteorito que acabó con los dinosaurios

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Fue la única de su especie que se adaptó a todas las dificultades tras la extinción masiva del cretácico y proliferó en el hemisferio norte.
La tortuga que 'asomó la cabeza' tras sobrevivir al meteorito que acabó con los dinosaurios

El paleontólogo español Adán Pérez García, del Grupo de Biología Evolutiva de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ha descubierto que la tortuga primitiva terrestre 'Laurasichersis relicta' logró sobrevivir a la extinción masiva en el hemisferio norte a finales de Cretácico, convirtiéndose en la única superviviente de su especie en esta parte del planeta.

"El motivo por el que la 'Laurasichersis' sobrevivió a la gran extinción, y no lo consiguiera ninguna de las otras tortugas terrestres primitivas norteamericanas, europeas o asiáticas, es todo un misterio", confesó a Sinc el científico, cuyo estudio ha sido publicado en la revista Scientific Reports.

Hace 66 millones un asteroide aniquiló el 70 % de la vida, incluidos los dinosaurios. De las tortugas solo sobrevivieron los meiolánidos ('tortugas con cuernos') en el antiguo supercontinente de Gondwana, el actual hemisferio sur, acabando finalmente con ellos los humanos que los cazaron y convirtieron en una especie extinta. Sus restos fósiles fueron encontrados en Sudamérica y Oceanía.

Gracias a Pérez García, ahora sabemos que en otro supercontinente llamado Laurasia —el actual hemisferio norte— también hubo tortugas que, de alguna forma, sobrevivieron la extinción masiva. Se trata de las 'Laurasichersis relicta'. Se desconoce cuáles fueron sus estrategias en un ambiente de lluvias ácidas, emisión de gases y otros efectos atmosféricos tóxicos, pero sus fósiles fueron hallados en un yacimiento de Francia, a donde sus antecesores se habían mudado con éxito desde Asia.

El caparazón de esta especie también extinta medía más de 60 centímetros de longitud, pero no permitía a la tortuga esconder su cabeza dentro para defenderse de los depredadores. De protección le servía una coraza con pinchos unidos entre sí que le cubrían el cuello, las patas y la cola.

"Se trata del último representante de un grupo previamente identificado en China y Mongolia, donde era conocido desde el Jurásico, más de 100 millones de años antes de que viviera la nueva tortuga europea 'Laurasichersis'. Este grupo llegó a este continente muy poco tiempo después del final del Mesozoico, hace 66 millones de años", explicó el investigador al citado medio.

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