Plasticoin, la moneda virtual ecológica que limpia de plásticos las playas de Uruguay

Se consigue gracias al plástico recolectado y se canjea por productos o promociones de empresa asociadas con la iniciativa.

Un innovador proyecto uruguayo ha encontrado la manera de incentivar a las personas a reciclar plásticos. Se trata de Plasticoin, una moneda virtual ecológica, que se obtiene gracias al plástico recolectado y que se cambia por productos o beneficios de empresas asociadas con la iniciativa. 

En este proyecto de economía circular, desarrollado por Juan Rivero y Nicole Wayus, las personas recolectan el plástico en las playas y en su hogares. Cuando se tiene una buena cantidad de plástico y se ha limpiado, se lleva a uno de los tres centros de acopio, dos de ellos ubicados en Piriápolis y otro a cinco kilómetros, en Punta Colorada.

Tras la entrega, en la cuenta registrada previamente en la web, se obtiene un número determinado de plasticoins, dependiendo de la cantidad y el tipo de plástico.

Por ejemplo, por un kilo de residuos domésticos se obtienen 100 unidades, mientras que por la misma cantidad de microplásticos retirados en las playas se logran 400 unidades. Las monedas se canjean en las empresa asociadas, como tiendas de surf, ropa, comida, entre otras. 

 "Educar y recompensar"

"Generamos una moneda virtual ecológica que le da valor de cambio a los residuos plásticos para estimular su limpieza, clasificación y entrega en nuestros centros de acopio", explica la compañía, que cuenta con el apoyo de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE).

Asimismo, añade que se trata de "educar y recompensar" en el proceso de recolectar, así como de "fomentar cambios en el tratamiento irresponsable" que diariamente se hace con los desechos.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), cada año se vierte a la naturaleza 100 millones de toneladas de residuos de plástico y la décima parte va a parar al mar. La organización advierte que se trata de una de las principales amenazas para la salud del medio ambiente.

Además, recuerda que millones de reptiles, aves y mamíferos marinos mueren ahogados o atrapados en las trampas de los plásticos o por ingerir este producto, cuyos fragmentos terminan en los estómagos de las personas, lo que pone también riesgo la salud humana.