Un equipo de científicos cree probable que un antiguo mito del pueblo aborigen australiano gunditjmara relata unos sucesos reales ocurridos hace decenas de miles de años, según sugiere un artículo publicado en la revista Geology.
Se trata de la erupción de dos volcanes vecinos, Budj Bim y Tower Hill, ubicados en la provincia de Victoria, en el suroeste del país. Esta actividad volcánica, datada hace unos 36.900 y 36.800 años, respectivamente, parece estar reflejada en menciones como "la tierra y los árboles danzando", registradas por los etnógrafos en la tradición oral de los gunditjmara. Además, los indígenas otorgan a Budj Bim un rol destacado en su cosmogonía.
Los autores citan a un investigador que estudió la cultura de los gunditjmara indicando que ese volcán era para ellos "un aspecto creado directamente de uno de los cuatro seres ancestrales que les dieron la vida y las leyes. […] El Budj Bim representa la frente de [un ser ancestral], con la lava siendo escupida cuando la cabeza prorrumpió a través de la tierra, formando sus dientes". De hecho, esta descripción puede ser consistente con la formación de los montes de los volcanes, que debieron emerger en un tiempo bastante corto, de varias semanas o meses.
Esas erupciones bien podrían haber sido atestiguadas por humanos, dado que el poblamiento de Australia empezó hace por lo menos 65.000 años, aseveran los investigadores. Más aún, una hacha de piedra descubierta debajo de la capa de lava del Tower Hill corrobora la existencia de una población en el lugar antes del evento geológico.
"Si los aspectos de las tradiciones orales que rodean al Budj Bim realmente hacen referencia a la actividad volcánica, ello podría significar que estas son algunas de las tradiciones orales más longevas del mundo", afirman los científicos.
Historias de hace miles de años
En un comentario a la revista Science, el arqueólogo australiano Sean Ulm, que no participó en el estudio, considera "una propuesta interesante pensar en estas tradiciones extendiéndose por decenas de miles de años", aunque pidió no dar por sentada esta hipótesis, dada la enorme antigüedad de los hechos.
No obstante, no se trata de la primera vez que los científicos revelan la capacidad de la tradición oral de los aborígenes australianos para recordar acontecimientos ocurridos miles de años atrás. Así, en 2015 un estudio demostró que 21 grupos de indígenas australianos conservaron la memoria de una inundación de parte de la costa registrada hace entre 7.000 y 13.000 años.
"En Occidente solo hemos arañado la superficie de la comprensión de la longevidad de las historias orales indígenas australianas", cita Science a otro arqueólogo, Ian McNiven.
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