El río Chillón, la segunda fuente hídrica más importante de Perú, después del Rímac, presenta una importante contaminación, de acuerdo a una investigación realizada por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y el diario local El Comercio.
Sus aguas provienen de la Laguna de Chonta (Distrito de Huaros, provincia de Canta) y de los glaciares de la cordillera de la Viuda, que desembocan en el océano Pacífico; específicamente en la playa Márquez (Callao), la más contaminada de Perú.
"Lo que deja es una mezcla burbujeante de heces y residuos industriales", dice el texto, en el que se recuerda que la zona donde desemboca el río está a pocos minutos del aeropuerto internacional Jorge Chávez, el más importante de Perú.
De acuerdo a la investigación, este río tiene un "nivel de coliformes totales –un grupo de bacterias– que excede 12 veces los límites máximos permisibles para aguas recreacionales".
En el lugar se encontró, específicamente, la bacteria 'escherichia coli', que puede provocar "insuficiencia renal y poner en riesgo la vida de niños y adultos mayores".
"Las personas no deberían tener ningún tipo de contacto con esta agua", dice Óscar Aguinaga, biólogo y docente de Ingeniería Ambiental de la UPCH, al tiempo que advierte que quien se exponga a estas aguas "podría presentar graves infecciones estomacales y en la piel".
Pese a ello, el río Chillón es parte de las fuentes de agua potable de Lima y Callao, de acuerdo al Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) y la plataforma de articulación multisectorial Aquafondo.
"Chanchos muertos"
"A veces hay chanchos (cerdos) muertos, de la chanchería que está más arriba, eso es madera, roperos, todo eso pasa por acá y no es nada agradable", comenta Sonia Moncada sobre las aguas contaminadas.
Esta mujer, quien lleva más de 28 años viviendo en la zona, cuenta que "de chiquitos, todos los del barrio se bañaban en el lugar".
Según Raúl Zárate, jefe encargado de la Oficina de Áreas Protegidas y Medio Ambiente del Gobierno Regional del Callao, citado en el informe, cada año se invierte 1 millón de soles (cerca de 300.000 dólares) para limpiar el río. Sin embargo, señala que su cauce "es usado como desagüe por muchas personas", al igual que la vertiente de la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) Puente Piedra, de Sedapal.
Aguinaga agrega que con esta alta contaminación se está perdiendo "agua potable, agua para regadío, refugio para la vida silvestre".