Esta primavera, España y México aunarán sus fuerzas para localizar los restos del galeón Nuestra Señora del Juncal, que naufragó en algún lugar del golfo de México hace 388 años.
Según un comunicado del Ministerio de Cultura español, la campaña conjunta durará diez días en mayo. Estará cofinanciada por ambos países y se llevará a cabo en colaboración entre la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) y el Museo Nacional de Arqueología Subacuática del país ibérico (Arqva).
La tragedia de la flota real
Conforme a la historiadora mexicana Flor Trejo Rivera, el Nuestra Señora de Juncal era el buque principal de la Flota de Nueva España de 1630-1631, un masivo convoy formado por 13 buques que debía transportar a España los impuestos recogidos en el Virreinato de Nueva España durante los dos años anteriores.
El 14 de octubre de 1631, tres días después de la muerte de su almirante, Miguel de Echazarreta, la caravana zarpó del puerto de Veracruz rumbo a La Habana, puerto intermedio en su ruta hacia España. Los barcos llevaban un exceso de carga: en total, transportaban más de 3,6 millones de pesos en plata y reales, sin contar miles de arrobas de cacao, añil y otras valiosas mercancías. De estas riquezas, casi 1,1 millones de pesos estaban en las bodegas del Nuestra Señora de Juncal.
Los marineros comprendieron el error tres o cuatro días después, cuando una fuerte tormenta dispersó la flota e hizo que el agua empezara a filtrarse en las bodegas del Nuestra Señora de Juncal y del segundo galeón más importante de la flota, el Santa Teresa, que transportaba unos 830.000 pesos. Sin embargo, a pesar de que ambas embarcaciones empezaron a perder la navegabilidad, continuaron su camino hacia La Habana.
La noche del 21 de octubre el Santa Teresa se hundió. El Nuestra Señora del Juncal, cuyas bodegas quedaron "prácticamente inundadas" por el debilitamiento de su estructura, cambió la dirección rumbo a Campeche. No obstante, ya era demasiado tarde. El 1 de noviembre de 1631, estando en algún lugar cerca del pequeño archipiélago de Cayos Arcos, el galeón naufragó "en un abrir y cerrar los ojos". Tan solo 39 de las 300 personas que estaban a bordo pudieron escapar del naufragio en una chalupa.
"Patrimonio cultural compartido"
Aunque se prevé que, si logran ser recuperados, los restos del buque se expondrán en Arqva, ni Madrid ni México reclamarán el control ilimitado sobre el hallazgo.
"Si bien, de encontrarse el pecio, este sería legalmente propiedad de España, en realidad el Juncal es un patrimonio cultural compartido, según quedó establecido en un Memorándum de Entendimiento, firmado por México y España en 2014", indica INAH.
En un comentario a The Guardian, el director de Arqva, Iván Negueruela, señaló que el valor científico del posible hallazgo sería mayor que el de las riquezas que contienen sus bodegas.
"Tengo muchas ganas de descubrir exactamente cómo se construyó el barco. […] Quiero saber exactamente cómo se veía un galeón en la primera mitad del siglo XVII, y eso es fundamental: dónde estaban los dormitorios, las tiendas, las letrinas, las áreas para comer", dijo el investigador.
"Los conocemos a partir de dibujos de archivos de los siglos XVI al XVIII, pero nunca los hemos excavado. Es una fuente muy rica de información", agregó.
Asimismo, aseveró que la buena conservación de las fuentes sobre la ruta y el naufragio de la nao aumenta la posibilidad del hallazgo.
"Debido a que la carga era muy valiosa, transportaba muchos lingotes, las autoridades tenían un inventario detallado. Los sobrevivientes también fueron interrogados en profundidad y sus declaraciones nos ayudan a reconstruir lo que sucedió con un alto grado de precisión, por lo que tenemos una idea bastante clara de dónde se hundió el barco", afirmó el arqueólogo.
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