La estrella supergigante roja Betelgeuse —que se encuentra en la constelación de Orión, a unos 640 años luz de la Tierra— es conocida por ser una de las más brillantes del cielo nocturno, por lo cual siempre ha servido como un faro para los observadores del firmamento.
Sin embargo, en diciembre del año pasado, el cuerpo celeste comenzó a registrar un misterioso oscurecimiento sin precedentes, a tal punto que este mes de febrero su brillo se situaba apenas al 36 % de su nivel normal.
Algún día, y como todas las supergigantes rojas, Betelgeuse estallará en una supernova. Pero, ¿podría esta reciente atenuación ser signo de que el astro —que es unas 1.400 veces más grande en diámetro que nuestro Sol— ya está próximo a explotar? Los científicos creen que los próximos días serán cruciales para verificar esta posibilidad y, mientras tanto, explican los escenarios más probables sobre lo que puede estar sucediendo con la estrella.
¿Muerte de una supergigante?
A principios del mes, astrónomos de la Universidad de Villanova (EE.UU.) publicaron una actualización sobre la estrella, informando que en septiembre era aproximadamente 2,5 veces más brillante de lo que es ahora.
"Las observaciones fotométricas más recientes indican que Betelgeuse es actualmente la menos luminosa y la más fría que se haya medido en nuestros 25 años de fotometría", escribieron los científicos en el portal The Astronomer's Telegram.
Estas observaciones llevaron a los investigadores a pensar que la estrella podría estar a punto de explotar. No obstante, el cambio en su brillo podría deberse también a un estallido de polvo estelar de sus propias capas exteriores frías, o a algo completamente diferente.
Ciclo de pulsaciones
Betelgeuse es una estrella variable, por lo que su brillo tiene diferentes ciclos, ascendentes y descendentes. Cuando se juntan los mínimos de cada ciclo, el astro podría verse excepcionalmente débil, como ahora, pero se iluminaría poco después.
Su período de pulsación actual terminará el próximo 21 de febrero, cuando se espera que se registre el brillo mínimo de la estrella. Actualmente, la supergigante parece ser más tenue de lo que debería ser durante una pulsación y esto podría significar que hay múltiples factores en juego. Pero los científicos sostienen que si Betelgeuse comienza a recuperar su brillo después de esta fecha, en realidad podría tratarse de una pulsación y la vida de la estrella por ahora no correría peligro.
El pasado viernes se conoció una nueva fotografía de la inusual disminución en el brillo en la superficie de Betelgeuse captada por un equipo internacional de astrónomos y publicada por el Observatorio Europeo Austral (ESO).
El antes y el después
La imagen, obtenida como resultado de observaciones realizadas con el Very Large Telescope (VLT) de la ESO instalado en Chile, se hizo a finales del año pasado con el instrumento SPHERE. Al compararla con otra captada por el mismo aparato a principios de 2019, los científicos obtuvieron la evidencia de que la estrella ha cambiado tanto en el brillo como en su forma.
"Los dos escenarios que estamos barajando son un enfriamiento de la superficie debido a una actividad estelar excepcional o una eyección de polvo hacia nosotros", explicó Miguel Montargès, astrónomo de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), que al mismo tiempo no excluye la posibilidad de que el equipo "todavía pueda llevarse alguna sorpresa", ya que el comportamiento de las supergigantes rojas no está completamente estudiado.
¿Estamos a salvo?
Pierre Kervella, del Observatorio de París, dirigió las observaciones con el instrumento VISIR, instalado en el VLT, que ayudaron a obtener otra imagen de Betelgeuse en diciembre de 2019 que muestra la luz infrarroja que emite el polvo que rodea al astro. En la fotografía se observan las nubes de polvo formadas después de que el cuerpo celeste arrojara su material hacia al espacio.
Y mientras los astrónomos continúan observándola atentamente, la distancia a la que se encuentra la supergigante de la Tierra significa que su eventual estallido no significaría ningún peligro para la vida en nuestro planeta.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!