Este lunes comienza el juicio para determinar si se extradita a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, de Reino Unido a EE.UU., donde está acusado de difundir información confidencial de ese país en 2010. El proceso ha sido ampliamente criticado, calificando el trato recibido por el activista de injusto y denunciando el deterioro de su estado de salud.
El juicio se celebra en el tribunal Woolwich Crown Court, en el sureste de Londres, y se estima que durará varios días, aunque su resolución se podría posponer hasta mayo o, incluso, prolongarse durante varios años. Assange se encuentra encarcelado en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, muy cercana al tribunal.
El activista australiano, de 48 años, fue detenido inicialmente en el Reino Unido en el año 2010 debido a una petición de Suecia relacionado con un presunto delito sexual, que ya está archivado. Posteriormente se refugió en la Embajada de Ecuador en Londres, donde permaneció encerrado durante siete años, hasta que el país sudamericano le retiró el asilo en abril de 2019 y volvió a ser apresado por la Policía británica.
Tan solo un mes después, en mayo, EE.UU. solicitó su extradición. Le acusa de haber cometido delitos de espionaje y conspiración para cometer intrusión informática. Así, se considera que Assange habría conspirado con Chelsea Manning, la soldado que filtró cables diplomáticos confidenciales del Gobierno estadounidense, que después serían hechos públicos por WikiLeaks.
Si la solicitud estadounidense prospera, Assange podría enfrentarse a la petición de 175 años de prisión por los 18 cargos de los que se le acusa. Todas las imputaciones guardan relación con los papeles de las guerras de Irak y Afganistán, los presos de Guantánamo y los cables diplomáticos difundidos entre 2010 y 2011, con la cooperación de reconocidos medios internacionales: el británico The Guardian, el español El País, el alemán Der Spielgel o el estadounidense The New York Times, entre otros.
Assange ha recibido el apoyo internacional tanto de organizaciones como de personalidades públicas. Los prestigiosos periódicos The Guardian y The New York Times, ONGs como Reporteros Sin Fronteras y Amnistía Internacional, o artistas como Roger Waters (Pink Floyd), Chrissie Hynde (The Pretenders) o la cantante Mia han mostrado públicamente su respaldo al periodista.
Protestas en Londres
Mientras se inicia el juicio, se desarrollan numerosas protestas en Londres, donde se exige la libertad del fundador de WikiLeaks. Una de ellas se lleva a cabo en las puertas de la prisión de Belmarsh, donde se encuentra preso el activista australiano y que se encuentra contigua al lugar donde se va a desarrollar la causa, encabezada por el padre de Assange, John Shipton.
Shipton ha dicho que si la "extradición política" de su hijo es exitosa, los periodistas, editores y publicaciones se expondrán a lo mismo que ha sufrido el activista: "La opresión al periodismo; la incesante malicia dirigida contra Julian Assange por las autoridades; una detención arbitraria de 10 años, como atestigua el grupo de trabajo de las Naciones Unidas por la detención arbitraria; la tortura, como atestigua Nils Melzer, el Relator especial de la ONU sobre tortura".
De la misma opinión es la activista Cristina Navarrete, que afirma que el caso de Julian Assange es "preocupante" no solamente por lo que significa en relación con "el ataque a la libertad de expresión", sino también porque "sienta un precedente muy negativo para el ciudadano común". Además, la experta sostiene que "en cada paso de este caso ha habido detrás una intención política, es totalmente un juicio político", y opina que "la Justicia británica no ha resultado ser muy justa".
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