La plaza y la basílica de San Pedro del Vaticano se mantendrán "cerradas a las visitas guiadas y a los turistas" como medida de precaución contra la propagación del coronavirus, ha comunicado el servicio de prensa de la Santa Sede.
Además, el Estado pontificio suspenderá una serie de servicios, incluidas las actividades de la unidad móvil de Correos Vaticanos, una tienda de ropa y su comedor para empleados. "La farmacia y el supermercado siguen abiertos, pero con entradas reglamentadas", se indica en el comunicado.