Una concha de un molusco bivalvo extinto reveló a un equipo de científicos belgas que al final del período Cretácico los días eran media hora más cortos que los actuales.
Eso se debe a que la gravedad de la Luna estabiliza y ralentiza la rotación de nuestro planeta, y en un pasado muy lejano el día en la Tierra era notablemente más corto. Esto se nota, en particular, al estudiar las secciones de conchas de moluscos antiguos. Al igual que los anillos de crecimiento de los árboles, las conchas retienen capas formadas durante el día y la noche, y pueden ser estudiadas con un microscopio.
Sin embargo, un equipo dirigido por Niels de Winter de la Universidad Libre de Bruselas encontró un método más preciso. En un artículo publicado en la revista Paleoceanography and Paleoclimatology, los investigadores describen un análisis químico de la concha que les permitió realizar un seguimiento más preciso de cada una de sus capas 'diurnas'.
La cocha estudiada data del Cretáceo tardío, es decir, de hace unos 70 millones de años, y fue encontrada en el territorio del actual Omán, que en aquella época estaba cubierto por aguas cálidas y poco profundas. A juzgar por los cálculos realizados por los científicos belgas, el día en esa era duraba 23,5 horas, lo que significa que durante las 8.760 horas que dura un año actual la Tierra concluía 372 revoluciones alrededor de su eje, y no 365 como hoy en día.
El caparazón que estudiaron Niels DeWinter y sus colegas pertenecía a un molusco llamado 'Torreites sanchezi' que murió cuando tenía nueve años.