En medio del brote del coronavirus, expertos de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins (EE.UU.) han propuesto volver a emplear un antiguo método de lucha contra los brotes de distintas enfermedades que se conoce desde hace más de un siglo: infusiones de sangre con anticuerpos de pacientes recuperados.
En un nuevo estudio publicado en la revista The Journal of Clinical Investigation los científicos sostienen que a falta de vacunas y medicamentos con eficacia demostrada que puedan erradicar el SARS-CoV-2 del organismo, una opción podría ser el uso del suero de convaleciente, plasma con anticuerpos derivado de la sangre de personas que se recuperaron tras contraer la enfermedad.
Terapia pasiva con anticuerpos
Dicho método, también conocido como terapia pasiva con anticuerpos, fue desarrollado en los años 80 del siglo XIX, y en 1901 le supuso el Premio Nobel al investigador alemán Emil von Behring por sus éxitos en el tratamiento de la difteria y el tétanos.
Se aplicó exitosamente en el siglo pasado para prevenir y tratar enfermedades como el sarampión, la hepatitis y la gripe española de 1918, entre otras.
Últimamente, el suero de convaleciente se ha utilizado para combatir los brotes del SARS, MERS, la gripe H1N1 y la epidemia del ébola en 2013, entre otras enfermedades infecciosas. Las infusiones de la sangre cargada de anticuerpos mostraron eficacia y en muchos casos ayudaron a sobrevivir a pacientes en estado grave.
Posible solución para el brote actual
"En el caso del SARS-CoV-2 el mecanismo anticipado de acción con el que la terapia pasiva de anticuerpos mediaría la protección es la neutralización viral", indican los autores del nuevo estudio, quienes tampoco descartan otros posibles mecanismos, como la citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos o fagocitosis.
Asimismo, opinan que el uso del plasma sanguíneo, o suero de las personas que se han recuperado del covid-19 podría impulsar la respuesta inmunitaria de los pacientes infectados con el coronavirus o aquellos que corren riesgo de contagiarse.
"La implementación de esta opción no requiere de estudios o desarrollo", indicó uno de los autores de la investigación, Arturo Casadevall. "Podría implementarse en un par de semanas, ya que se basa en las prácticas estándar de los bancos de sangre", agregó.
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