Poco después de que se anunciara la primera muerte por coronavirus en EE.UU., un hombre del estado de Tennessee decidió comprar 17.700 botellas de desinfectante para manos con la idea de hacer negocio y sacar provecho de la situación, pero su plan no resultó como lo esperaba, informa The New York Times.
Matt Colvin, un vendedor de Amazon, vio junto a su hermano Noah la oportunidad de hacer dinero con el pánico de la población. Juntos emprendieron una compra masiva de productos antisépticos y miles toallas en varias tiendas con la idea de después revenderlas en línea a un mayor precio.
Su plan parecía bueno y lograron distribuir unas 300 botellas del producto en Amazon a precios entre 8 y 70 dólares por unidad. Sin embargo, al día siguiente la plataforma eliminó de su catálogo los productos desinfectantes, toallitas y máscaras faciales, además de advertir a los vendedores de que serían suspendidos si comercializaban productos con sobreprecios.
Precios excesivos durante la emergencia
Después de la medida tomada por Amazon y otras compañías minoristas como eBay y Walmart, los dos hermanos se vieron con un enorme inventario de producto que no iban a poder usar en toda su vida. Ese no fue el mayor problema, poco después, muchos ciudadanos que se enteraron de su operación especulativa empezaron a criticar en redes sociales a los hermanos a medida que se empezaba a evidenciar la escasez de este tipo de productos.
Corbin señaló que incluso llegó a recibir amenazas contra su vida y la de su familia. Además fue echado del lugar que alquilaba como bodega y la Fiscalía abrió una investigación. La legislación en varios estados de EE.UU. prohíbe cobrar precios excesivos por ciertos artículos como alimentos, combustible y suministros médicos mientras dure la emergencia.
"Nunca fue mi intención mantener los suministros médicos necesarios fuera del alcance de las personas que los necesitaban. Eso no es lo que soy como persona", dijo arrepentido el hombre.
Finalmente, los dos hermanos enfrentaron las consecuencias de su acto y donaron dos tercios de su inventario de desinfectante para manos y toallas antisépticas para que sean distribuidas a personas necesitadas en todo el estado, mientras que el resto del lote fue confiscado por las autoridades.